De acuerdo con lo indicado por el molesto denunciante, parte del acrílico que hacía parte del domo central fue arrancado por el viento quedando un orificio por donde entra el agua e inunda los pasillos.
“Ese es un tema que le compete a la administración del centro comercial y a la gerencia de Infituluá, pero esto nunca ha tenido dolientes, pues acá vinieron, nos tiraron y nadie volvió a interesarse por nuestra situación”, dijo otro de los arrendatarios del lugar.
A lo anterior se suman otras dificultades que afrontan en otros espacios del Bicentenario y que tienen que ver con fallas en el diseño de la obra entregada en el cuatrienio 2016-2019.