Como casi todos los barrios del Valle y del país, la vida de este barrio tulueño gira en torno a su parque Vicente Escobar Cruz, el pulmón de la comunidad y el punto de encuentro para escapar de las agobiantes temperaturas que se registran en los días veraniegos de agosto.
Justamente la Junta de Acción Comunal, que lidera la reconocida líder Gladis Torres Arana, espera que la alcaldía municipal, a través de la Secretaría de Hábitat e Infraestructura, haga realidad la intervención del escenario que requiere de nuevos andenes, reparación de sardineles y siembra de prados.
“Ese es el regalo que esperamos por parte de la Administración Municipal ahora que la Junta de Acción Comunal se apresta a celebrar los 60 años de vida jurídica” dice Torres Arana al equipo de EL TABLOIDE.
Tanto para Gladis como para los demás integrantes de la Junta, donde predomina la fuerza femenina, el parque es la razón de ser de la comunidad.
De hecho, una de las anécdotas más llamativas tiene que ver con el robo de la cablería de las redes eléctricas que lo dejó en penumbras.
“En esos días nos organizamos en brigadas de seguridad y patrullábamos en las noches a la caza de los vándalos hasta que logramos controlarlos”, comenta la dirigente comunal.
La cancha punto vital
Junto al parque Vicente Escobar Cruz, la cancha del barrio Popular es el punto de referencia y pasó a la historia, pues fue en ella donde Faustino “El Tino” Asprilla dio sus primeras patadas al balón lejos de pensar que un día brillaría en la gran carpa del fútbol mundial.
Hoy, el escenario es la sede de varias escuelas de formación deportiva y este domingo servirá para la realización del festival de cometas que año tras año reúne a chicos y grandes en medio de un ambiente familiar.
La incultura, dolor de cabeza
Pocas juntas de acción comunal en Tuluá tienen un trabajo de cultura ciudadana como el que se hace en el Popular, pues la propia Gladis Torres, con sus compañeras de trabajo, recorren los diferentes sectores con megáfono en mano para informar cada una de las actividades que se llevan a cabo.
Reparten volantes, plegables y se fijan avisos para llamar la atención de la gente frente al manejo de las basuras, los excrementos de la mascotas, el cuidado de las zonas comunes, pero aún así, continúan los brotes de indisciplinados que hacen caso omiso a los llamados que se hacen.
La gente, lo mejor
Para la abogada Moira Rosa Martina Martínez, integrante de la Junta de Acción Comunal, desde sus orígenes lo mejor del barrio es su gente. “Son solidarios, dispuestos ayudar y comprometidos a la hora de ser convocados y eso nos permite una comunidad organizada y que sabe trabajar con las instituciones”, dice Moira quien por estos días se recupera de una compleja situación de salud.
Melissa Fernanda Román Murillo, la cara joven de la junta comunal, dice que se trabaja para que este segmento poblacional se vincule a las diferentes actividades que se están programando para el mes de noviembre del año en curso.
Olga Lucy Cardona González, una de las más dinámicas y alegres de la junta, no duda en señalar que hay una buena vibra en la comunidad, pero eso sí llama la atención a los que todavía no se aconductan a que hagan un acto de conciencia y no ensucien el barrio dejando el popó de las mascotas o las basuras en los andenes o zonas verdes.
Otras preocupaciones
Al recorrer el barrio y resumiendo el sentir de las lideresas que hoy mueven el trabajo comunal de este sector, hay dos preocupaciones que les quita el sueño. La primera es la seguridad, pues pese a contar con el Comando de la Policía en el sector, los robos a los domicilios han regresado.
“Cuando hacemos el llamado a la policía nos atiende, pero sentimos que por momentos hace falta mayor presencia”, comenta Gladis Torres.
El otro malestar tiene que ver con la basura y su mala disposición por parte de algunos vecinos que aún no entienden que el medio ambiente sano es asunto de todos.