La Urbanización María Clara es un proyecto habitacional que nació en el año 2005 cuando las directivas del Ingenio San Carlos decidieron cambiarle el uso a un terreno en el corregimiento de Nariño que resultaba improductivo para la siembra de caña.
Fue así como determinaron lotearlo y ofrecerle a los empleados de la compañía hacerse a los predios que, por esas calendas, tenían un costo de siete millones de pesos, los cuales se podían pagar con descuentos de nómina y se le abonaban cesantías de ley.

Aunque no todos aprovecharon esa oportunidad, siete trabajadores decidieron aceptar la propuesta e iniciaron el proyecto del cual hoy hacen parte 75 familias. Hernán Correa, quien durante varios años ocupó la comandancia del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Tuluá, es actualmente el presidente de la junta de acción comunal de este sector ubicado a mano derecha en la vía que comunica a los municipios de Tuluá y Riofrío.
La Urbanización se construyó en lotes de 10 metros de frente por 24 de fondo lo que permitió edificar casas cómodas, confortables que le dan un aspecto de conjunto campestre.
Las necesidades
Por estos días, la mayor preocupación de los habitantes de la urbanización que lleva el nombre como homenaje a María Clara Naranjo, una de las propietarias del ingenio San Carlos, tiene que ver con la carencia de vías pavimentadas, por lo que esperan que la administración municipal los tenga en cuenta en los proyectos de mejoras de la movilidad.
En diálogo con EL TABLOIDE, el señor Correa precisó que ya hubo un primer acercamiento con el gobierno municipal pero las noticias que recibieron no fueron las más alentadoras. «Yo envié una carta dirigida a la oficina de Planeación y a la Secretaría de Hábitat e Infraestructura y a los pocos días una comisión de la alcaldía hizo presencia en la urbanización indicándonos que la alcaldía del ingeniero Vélez estaba muy interesada en adelantar el proyecto de pavimentos, pero la alegría duró poco», precisa el dirigente comunitario.

LA VOZ DEL LÍDER
No cabe duda que lo mejor de la Urbanización María Clara es la tranquilidad que se respira por su entorno natural.
Casi en la totalidad de las viviendas son ocupadas por sus propietarios, lo que es prenda de garantía en lo que tiene que ver con la seguridad. Es realmente un ambiente tranquilo, donde todos nos conocemos y cuando se requiere hay solidaridad entre vecinos.
Algo sin duda para cambiar tiene que ver con la falta de respaldo para la junta de acción comunal, pues aunque se quiere trabajar, esa actitud hace que se se baje el interés.
Y nos gustaría buscar entre la comunidad y gobierno local una alternativa para mejorar nuestras calles.
¿Qué pasó?
Al responder a esa pregunta el líder indicó que la alcaldía para poder acometer las obras solicitó el estudio de factibilidad del sistema de alcantarillado y, al pedirlo a Acuanariño, la entidad respondió que no tenía cómo hacerlo y trasladó esa responsabilidad a Centroaguas.

De inmediato la empresa hizo la visita pero indicó que para levantar el informe técnico se tenían que cancelar un poco más de 8 millones de pesos, cifra con la que no cuentan. Pero ese escollo no fue el único, pues desde la alcaldía se les informó que esos pavimentos se ejecutarían bajo el modelo 70 /30 donde el gobierno municipal entrega la mano de obra, maquinaria y material de río y la comunidad aporta el cemento.
«Al hacer el cálculo se nos informó que para dejar listo todo el barrio se requerían cerca de 1.400 bultos de cemento, y el valor por cada usuario se hace imposible de cancelar por lo que el proyecto quedó en veremos», explicó Correa.
Por ahora, y mientras llega una solución definitiva, están pensando en hacer algunos trabajos de mitigación para tapar los huecos más grandes que tienen las vías en la actualidad.