Además de un plato de comida caliente, los que hacen parte de esa misión, cumplen con la tarea de evangelizar a través de la Palabra de Dios. “En ocasiones, es más importante compatirles un abrazo que darles alimento, pues son seres hunanos que poseen vacíos emocionales que solo llena Dios en su infinito poder”, precisa Edwin Castillo quien dirige la citada fundación. La actividad se concentró en el llamado parque del Comercio a orillas del río Tuluá.
“Está escrito: ‘No sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”, es algo en lo que creemos y por eso somos jóvenes que nos unimos a estas jornadas de ayuda a los hermanos que por diferentes razones están en las calles”, dijo uno de los jóvenes de la cruzada.