Durante la ceremonia, se leyó el acta de defunción y el acto fue validado por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo de la Iglesia. La celebración, marcada por la solemnidad y la discreción, tuvo una duración de poco menos de una hora.
Como parte del protocolo, se colocaron los sellos en el apartamento pontificio del tercer piso del Palacio Apostólico y, en esta misma noche, también en el apartamento del segundo piso de la Casa Santa Marta. A partir de este momento, los colaboradores más cercanos tendrán acceso al lugar para ofrecer una última despedida al Papa.
Para la mañana de este martes está prevista la primera Congregación General de los cardenales, en la que se podrá definir, entre otros asuntos, la fecha eventual del funeral