Durante la jornada de protesta, se pintaron grafitis en las paredes, se estamparon manos con pintura y se exigió la renuncia del rector. Las acciones fueron protagonizadas por un grupo de manifestantes que denuncian la falta de medidas eficaces para prevenir la violencia de género en entornos universitarios.
El crimen, que también dejó a otra estudiante gravemente herida, ha generado profunda indignación en la comunidad académica y social. El agresor, identificado como Brayan Tobar, se habría quitado la vida tras cometer el ataque.
Organizaciones estudiantiles y colectivos feministas han convocado movilizaciones y actos simbólicos para exigir justicia y cambios estructurales en las políticas de atención y prevención de violencias en la universidad.