Se destacan los cultivos de plátano, aguacate, cebolla, arracacha y banano, los cuales emplea en su dieta diaria.
¿Qué lo hace especial?
La pregunta la responde con certeza el señor Ponce al explicar que la cosecha se caracteriza por ser limpia, libre de venenos.
“Yo he aprendido el arte de la alelopatía, conocimientos que empleo para la elaboración de fertilizantes orgánicos que después aplico en los cultivos de la finca” afirma el campesino sevillano.
De acuerdo con lo que dicen sus allegados, Carlos Enrique es un enamorado del campo y por eso en su finca nada se desecha, por el contrario, cada hoja, planta o residuo orgánico es incorporado nuevamente al ciclo productivo.
“Yo aplico la filosofía campesina de “prueba – error” para descubrir, mediante la observación, cómo combinar plantas y elaborar fertilizantes orgánicos que después utilizo para la eliminación de malezas y plagas comunes en los cultivos de aguacate”, añade con la certeza de saber lo que hace.
No hay que buscar nada
“Todo está en la naturaleza, en los árboles, en las plantas”, asegura el labriego, quien visiona su finca como un centro de experiencia para la enseñanza de sus conocimientos empíricos a los campesinos y personas interesadas en el arte de la alelopatía” indica.
Durante el recorrido, don Carlos muestra con orgullo algunas técnicas que utiliza para mejorar sus cultivos y “curar” árboles, que le han funcionado y obedecen a un conocimiento empírico y observación de variables como el clima, temperatura, altitud, humedad, comportamiento de las plantas, entre otras.
Este trabajador del agro fomenta prácticas amigables con el ambiente y promueve acciones ecológicas en su finca, a través de la aplicación de plaguicidas orgánicos que son elaborados con plantas. En resumen, hace control de malezas y plagas, sin contaminar.
Se destaca en este trabajo, que hoy es replicado en varias fincas de la región los cultivos a pequeña escala de maíz, fríjol y frutas como lulo y mora, una apuesta por la llamada soberanía alimentaria familiar.
Para entidades ambientales, como la CVC, el trabajo de la familia Ponce es una verdadera demostración de compromiso ambiental, gracias a pequeñas acciones sostenibles y limpias que garantizan la sostenibilidad del medio ambiente.