De acuerdo con el reporte conocido por EL TABLOIDE, los desminadores lograron destruir cuatro artefactos explosivos y descontaminar dos áreas peligrosas, fortaleciendo la seguridad y tranquilidad de los habitantes.
En el centro del departamento las acciones se han concentrado en Guadalajara de Buga, donde los uniformados han intervenido 13 sectores, despejando 73.758 metros cuadrados (cifra global de varios años) destruyendo además un artefacto explosivo.
De la misma manera, en Palmira, 30.563 metros cuadrados fueron liberados de la sospecha de minas antipersonal, neutralizando la activación de cuatro artefactos explosivos.
En Pradera, aunque si bien se hizo entrega del municipio, gracias a la información suministrada por los habitantes, los desminadores atendieron el riesgo residual en un área peligrosa de 9320 metros cuadrados que fue descontaminada.
De manera adicional, se llevaron a cabo 37 talleres en la región para educar a más de 2200 personas sobre los riesgos que representan las minas antipersonal, y así fortalecer comportamientos seguros.
Labores de mitigación
Como parte de la estrategia para lograr el equilibrio con el medio ambiente, los soldados sembraron 18.500 árboles de especies como Gualanday, Guayacán Amarillo, Sauce Vela, Chirlobirlo, contribuyendo al mantenimiento ecosistémico en los municipios de Cali, Palmira y Candelaria. Estas siembras promueven el paso del agua a través de sus raíces profundas, desde la capa freática hasta las zonas superficiales.
Por otro lado, en campañas educativas sobre la siembra de árboles y limpieza de fuentes hídricas, se capacitaron 270 personas, fortaleciendo la educación ambiental en la región.
De esta manera, el desminado humanitario del Ejército Nacional aporta al progreso y desarrollo del Valle del Cauca, donde ha sido vital el aporte de la comunidad.