Bugalagrande desde el momento en que se concibió el trazado de la doble calzada Buga-Tuluá-La Paila, siempre hubo una discusión sobre el impacto que la obra tendría para los municipios por donde pasaría y eso hizo que los diseños se cambiaran una y otra vez y solo hasta 1993 se lograron los acuerdos definitivos.
Una vez terminada y entregada a la comunidad, a los habitantes de los municipios de Andalucía y Buga-lagrande les quedó la sensación de que hacía falta un puente similar al construido en otros sectores que facilitara la comunicación entre las dos poblaciones.
Aunque inicialmente se escucharon voces haciendo la solicitud, el clamor ciudadano fue desapareciendo, pues en su momento la gerencia de Macroproyectos del Valle y la firma concesionaria PISA argumentaron que atender los requerimientos de los municipios elevaba los costos de manera significativa.
Fue así como de los cinco puentes vehi-culares que pidió Andalucía solo se construyeron dos y los demás se cambiaron por glorietas, una de ellas la que hoy comunica a las dos localidades. (Ver gráfica)
Para muchos de los habitantes de las dos poblaciones, el puente que extrañamente no se prio-rizó por los gobiernos de la época sigue siendo una necesidad e incluso toma fuerza cuando se presentan accidentes de tránsito en ese lugar, varios de ellos con víctimas mortales.
A andaluces y bugalagrandeños llama la atención que, pese a los continuos reclamos de la comunidad, la solicitud para construir el puente para los dos municipios no haya estado ni esté en la agenda de los candidatos a las alcaldías, pues todos se apegan a que fue el acuerdo que en la época suscribieron los alcaldes Arnobio Arias y Harold Durán Correa y poco y nada se puede hacer.