En el caso del Valle del Cauca la situación no es diferente a la del resto del país y la lucha por hacer de la actividad agrícola algo rentable es permanente pero al mismo tiempo compleja.
De eso da fe Claudia Patricia Arango, una líder social que nació en el departamento del Quindío, pero que empieza a sentirse tan vallecaucana como el champús.
Arango desde hace varios años y de manera conjunta con otros líderes rurales le han dado vida a diferentes organizaciones de base campesina y en la actualidad lidera la Red del Novo, que nació para ayudarle a los agricultores del norte del Valle, pero que hoy hace presencia en otras regiones del departamento.
“La Red del Novo nació como una necesidad de organizar los procesos productivos en la región y darle una mano a los campesinos en diferentes temas, pero la realidad es que hoy nos hemos enfocado en el ser humano como razón de ser”, comenta la vocera en diálogo con EL TABLOIDE.
Fallas en la comercialización
En medio de todas las dificultades que afronta el agro en el territorio nacional y que tienen que ver con el mal estado de las vías, poca conectividad, falta de apoyo económico, vivienda, salud, educación entre otros, emerge uno que a juicio de los integrantes de esta organización incide de manera significativa en los resultados negativos que arroja la actividad agropecuaria y no es otra que la comercialización.
“Yo me aparto de quienes dicen o sugieren que se debe acabar con la intermediación en el mercadeo y creo que lo que sí se debe hacer es regularla para que todas las partes ganen, pues no es justo que un campesino venda un paquete de plátano que le sale la libra a 800 pesos, pero ese mismo producto esté en las grandes superficies con precios de $4.500 y hasta más”, precisa Claudia Patricia Arango.
Igualmente manifiesta que si se logra esa regulación, el sector va a mejorar su rentabilidad y por ende la calidad de vida de los campesinos será mucho mejor.
“Desde la Red del Novo estamos propiciando espacios de capacitación en este sentido, promoviendo los canales de comercialización directa y se han logrado avances significativos”, comenta la líder social del norte del Valle.
Otra preocupación
Aunque no lo expresa abiertamente, para Claudia Arango los brotes de violencia que se han dado en algunas zonas del Valle del Cauca con la aparición de las disidencias de las FARC es un hecho que preocupa y al cual se le debe prestar atención por parte del Estado, pues no resulta conveniente para la ruralidad que el conflicto armado se reavive y se quede parado los avances que se lograron a partir de los acuerdos de La Habana.