Hubo comentarios de todo tipo, los cuales agradezco enormemente pues permitieron nutrir este escrito.
Así, me permito exponer entre líneas algunas para que saquemos nuestras propias conclusiones.
En Colombia estamos tan acostumbrados a pasarnos las normas por la galleta que todos terminamos aceptando pasarnos un semáforo en rojo, un pare, violando vía, etc., nos falta cultura de cumplimiento de normas, para caminar y transitar por la derecha, a pie, en bici, moto o carro nos atravesamos, pero en el extranjero sí nos sabemos comportar.
Existe una percepción general de que el vivo vive del bobo, el que se aprovecha de todos es el avispado y el que trata de hacer las cosas correctamente es el bobo, la mal llamada malicia indígena, lo que puede pasar debido a que las leyes de nuestro país parecen hechas para gente de otro país.
Normalizamos el robo, la corrupción, la maldad, los asesinatos, las desapariciones, y el narcotráfico que ha generado comportamientos arribistas creyéndonos de otro continente, lo que nos hace carentes de identidad nacional, sentido de pertenencia y de orgullo; la falta de educación y oportunidades provoca que la gente busque negocios ilícitos, somos una sociedad fragmentada y frágil.
Tenemos explotación laboral normalizada; la gente sale adelante no para estar bien sino para chicanear; el irrespeto por el tiempo de los demás; tiramos la piedra y escondemos la mano, son algunos de los comentarios que entre otras situaciones ojalá seamos capaces de superar.
Entre tanto, lo cierto es que también hay cosas hermosas de nuestro país y de nuestros coterráneos las cuales expondré en la próxima edición.