El turismo se refiere a las actividades que por periodos cortos pueden llevar a cabo las personas durante sus viajes a lugares distintos de su sitio habitual de residencia.
Desde luego, este tipo de entretenimiento es fundamental para introducir novedad en la cotidianidad y para recargar la vitalidad que demanda el trabajo habitual. No de otro modo será posible mantener la lucidez mental y la fortaleza física inmersas en la vida.
De otra parte, el turismo para algunas regiones constituye un renglón significativo de su economía. Cartagena, por ejemplo, además de lo que se acaba de anotar, ocupa un lugar privilegiado en el ranking mundial de los sitios turísticos; en noviembre de 1984, la UNESCO la declaró Patrimonio Mundial de la Humanidad, distinción que, desde luego, implica compromiso con la protección de su riqueza histórica, arquitectónica, cultural, entre otras.
En este sentido, la construcción del edificio Aquarela en las cercanías de las Murallas y del Castillo de San Felipe de Barajas, puso en peligro la distinción antes referida. Ante estos hechos, las autoridades competentes deben ejercer más cuidado en cuanto a la expedición de las respectivas licencias de construcción para obviar dificultades como las anotadas.
Además del hecho reseñado, conviene supervisar estrechamente las tarifas exorbitantes que algunos restaurantes de la Heroica han cobrado a turistas en el pasado reciente por el consumo de alimentos.
Este último problema, en días recientes se presentó también en Medellín, situación que motivó el título de esta columna. De allí la importancia de terminar con estos exabruptos, dado que estos pueden poner en peligro la afluencia de turistas en el futuro, toda vez que un turista mal atendido, compartirá esta experiencia con potenciales visitantes.
Si bien los funcionarios del restaurante involucrado en estos hechos aluden que el alto costo, se debió a la sofisticación del menú, los restaurantes no pueden darse el lujo de fijar altas tarifas, que probablemente se facturan en países con características especiales, que usualmente son visitados por millonarios. En todo caso, la idea debe ser publicitar nuestros sitios turísticos, que gozan de reconocida belleza, con el fin de hacer más visible a nuestro país, en el contexto internacional.