El desbarajuste que estamos viviendo ha sido tal que se requiere un replanteamiento total de las relaciones entre la sociedad civil y el Estado, un replanteamiento total del modelo de desarrollo que conduzca, efectivamente, a una plena y total democratización de la sociedad colombiana.
Definitivamente, no podemos entender como después de reconocer la existencia de la crisis y la necesidad de superarla, la mayor parte de nuestra “clase política” y los grupos dominantes se niegan a admitir siquiera la posibilidad de cuestionar el sistema que hemos heredado y que no podemos mantener.
Sesudos y lúcidos editorialistas, los dueños del poder, analizan la situación del país, para concluir, inexplicablemente, que se puede hacer todo, menos reformar el orden jurídico vigente, que sea conveniente para las clases no favorecidas, como se hizo en 1936 con la Revolución en Marcha.
Y eso, con los congresistas atados al continuismo no dejan modernizar el Estado, con tesis eminentemente sociales. Esa actitud nos conduce a la crisis, que se está buscando, pero que será superada.
Se abren puertas, a pesar de los obstáculos, en el orden social, económico y político cultural. Necesitamos acompañar a nuestros líderes sociales, a los indígenas, superar el choque con criterio político, como en algunos órganos del Estado con el Gobierno Central.
oda esta conjunción de circunstancias solo puede tener una salida.
El país necesita un proyecto histórico viable, capaz de comprometer el esfuerzo de toda la nación.
Lo que necesitamos con urgencia es una reforma cultural profunda, que se está dando, una reforma ética y moral, una reforma de contenido ético-político del Estado que haga posible la democracia plena para todos y en todas las áreas de la vida social.
Podemos repasar algunos proyectos históricos, desde la independencia y que lograron cambiar la fisonomía social, logrando también introducir transformaciones que repercutieron en la vida cotidiana de los ciudadanos, que modificaron sus formas de pensar y actuar, como lo debe hacer la sociedad actual.