El miércoles 2 de octubre del 2024, es una fecha para tener en cuenta en la particular historia de este país, ya que en dicho día se dio inicio a la audiencia preparatoria a la de juzgamiento del ciudadano Álvaro Uribe Vélez, por delitos contra la administración de justicia.
Justicia que desprecia el ciudadano imputado, dadas sus actuaciones que confrontan dicha rama del poder estatal, cuando sus decisiones no se apañan a sus intereses particulares.
Esta característica, de querer asumir la justicia como una entelequia que se puede manipular al antojo del poder, es una de las peculiaridades de cualquier sistema autoritario de corte fascista, como lo practican Ortega en Nicaragua, Maduro en Venezuela, Bukele en el Salvador y el Centro Democrático en Colombia.
Pero, lo sucedido en la audiencia de marras, es además una tinterillada más de los abogados del ciudadano Uribe, por ganar tiempo que termine resolviendo el asunto con una prescripción de la acción judicial que libere al imputado de la sanción condenatoria que le espera.
Por ello, la juez 44 de conocimiento, negó las acciones dilatorias que se pretendían en dicha audiencia, y continuó el trascurrir de la misma luego del acto bochornoso propiciado por el ciudadano Uribe Vélez que pretende tener argumentos posteriores para alegar que se le están violando sus derechos procesales, cuando es él precisamente quien pretende desconocer la actuación de una funcionaria que no permite ni su patanería, ni su soberbia, actuando en estricto derecho.
Sería bueno recordarle al ciudadano Uribe Vélez, que en este país es cierto que se violan los derechos a una pronta y efectiva justicia de miles de ciudadanos, victimas de una feroz violencia por parte de efectivos de Estado o de sus colaboradores del ala paramilitar, como aquellos 6.042 muchachos asesinados y que acostumbramos llamarlos “falsos positivos”.