Jamás se podrá creer que una doble calzada pensada para facilitar el flujo vehicular y disminuir al máximo la accidentalidad se convertiría con el paso de los años en la más tediosa, tortuosa y riesgosa de las carreteras del país.
Así sucede con la doble calzada Buga-Tuluá-La Paila que, al acercarse a cada uno de los peajes en Betania y La Uribe, los miles de vehículos se concentran de tal manera que la lentitud mata de tedio a los motoristas, que a veces pareciera superan la paciencia del “Santo Job” en el corto recorrido.
No puede ser que una vía de tanta importancia en el centro del Valle del Cauca, se convierta al mismo tiempo en una de las más peligrosas como consecuencia de su alto índice de accidentalidad, al mismo tiempo que tiene una serie de anomalías, hasta ahora sin resolver, como por ejemplo los atajos que se inventan los motociclistas para no transportarse por la vía correcta, tal como sucede en las goteras de Buga, en donde se inventaron un regreso desde la fábrica de aceites, para retornar a la “Ciudad Señora” poniendo en grave peligro sus propias vidas. Esta manía se presenta igualmente en otros sitios de la doble calzada.
Así mismo, no han podido solucionar el problema de las motos que recorren esta troncal a toda velocidad, sin control, no pagan peaje, ni mucho menos obedecen las mínimas normas de Tránsito y cuando se ubican medidores de velocidad, es peor el remedio que la enfermedad, pues no es posible sostener en esta vía una velocidad de 70 kilómetros por hora, y así el viaje es más lento que el paso de una tortuga.
Creemos que este caos presentado en las cercanías de los peajes se les salió de las manos a la empresa concesionaria PISA y podemos comprobar que los “atropelló” la tecnología, son sitios que no han sido renovados tecnológicamente. Es tiempo suficiente para que hubieran establecido el cobro inteligente, para que ningún carro se debiera detener a su paso, que es el problema principal para resolver. De nada vale que uno o dos vehículos hayan asumido el pago mensual inteligente, porque de uno, mil no lo hacen, así que salen perdiendo.
No se justifica, con tanto dinero que ingresa diariamente a los bolsillos de la concesionaria, no se hayan propuesto avanzar en este sentido de la modernidad para facilitar el recorrido vehicular, mientras que cada año sube la tarifa, lo cual no se explica de ninguna manera. Es necesario y urgente mayores controles, mejores señales en todo sentido, que los conductores y viajeros sepan por dónde van y hacia dónde se dirigen, marcar paso a paso y metro a metro la velocidad permitida y ajustada a la realidad de la vía.
Y hasta deberían promocionar campañas educativas a los conductores,especialmente de servicio público, que hablan por los celulares, dialogan con el vecino o vecina, durante el viaje, hasta sueltan el timón, sin pensar en el serio peligro de un accidente que puede suceder de un momento a otro.
Tampoco existen alternativas de movilidad, cuando se presenta un accidente, no pensaron en este sentido para nada en absoluto y los trancones son insoportables. Ya es hora que se pongan al día.