Con el aval del Consejo Nacional Electoral a las firmas recogidas por el comité que pide revocatoria del mandato de Karol Martínez, como alcalde de Guadalajara de Buga, se da inicio a un proceso electoral atípico y politiquero que si se cumplen los plazos, en poco más de dos meses los ciudadanos acudirán a las urnas para votar SI o NO a este referendo revocatorio y, entonces, la mesa quedará servida para que las clientelas politiqueras se den un banquete de contraprestaciones en forma de contratos, compromisos y canonjías por cuenta del presupuesto municipal, pues todos los partidos políticos tal vez con la excepción del Pacto Histórico- con presencia en el Concejo Municipal harán parte de esta ilícita negociación política.
Nada extraño, es el modelo de gobernar tolerado en la República de Colombia, desde Bogotá hasta Busbanzá, un municipio donde apenas viven 903 habitantes.
Y en esta cuenta regresiva se hacen proyecciones de todo tipo, amigos de Karol le apuestan a invitar a no participar en el referendo, saben que si votan menos del cuarenta por ciento (40%) de la votación válida registrada el día de la elección donde ganó ella, más o menos 24 mil votos, no pasa nada y continuará en el cargo.
Decisión complicada porque el poder desgasta, los compromisos no se cumplen o se cumplen a medias y hay una ciudadanía molesta con el manejo del municipio, especialmente en temas como los impuestos, los servicios públicos y el endeudamiento con los bancos, y hay ciudadanos que les gusta votar, decidir.
Se puede decir que el comité pro revocatoria hizo un buen trabajo en la recolección de firmas, esfuerzo que por supuesto fue aupado por alguien que no da la cara, que no aparece en nada, pero es el único beneficiado de las patoneadas del comité, me refiero al ex alcalde Suárez Vargas, quien, como los que ahora gobiernan, poco o nada les importa el interés general, simplemente utilizan las necesidades y requerimientos de las personas para su propio beneficio.
Una vez más la ciudadanía tiene la palabra, después no se quejen.