El periodista Daniel Coronell, en su última columna, criticó al presidente de la república, como ya se ha vuelto habitual desde que Petro decidió denunciar abiertamente el genocidio palestino, por su escogencia de candidato a procurador general de la nación y por ello la tituló “Ganar es perder”, dejando un sabor en el lector acerca de que el mandatario terminó perdiendo.
Y no es tan así, lo cual no significa que haya ganado rotundamente. Recordemos al ex técnico de fútbol, Francisco Maturana, cuando dijo “perder es ganar un poco”, que es lo que creemos acaba de suceder.
Por supuesto, no es sensato defender la transparencia de alguien como Gregorio Eljach, que siendo durante dos décadas Secretario General del Congreso de la República se ha visto involucrado en casos de corrupción con congresistas de todos los partidos políticos de derecha en el país, por lo que sorprendió que el jefe de gobierno lo hubiese nominado para ser jefe del Ministerio Público.
Pero cuando se logró entender que lo hizo para evitar que los otros candidatos “Vargas lleristas” pura sangre fueran designados, como seguramente iba a pasar si Petro mandaba el nombre de otro candidato distinto a Eljach configurando una ejemplar encerrona, se entendió la maniobra.
Ciertamente lo ideal es que un órgano de control esté en cabeza de alguien ajeno al gobierno y que carezca de compromisos con este, pero de ahí a que sea utilizado como policía política contra el gobierno hay trecho, que es lo que hizo la actual procuradora Cabello en pro de boicotearlo, e iban a hacer Henao o Varón.
El presidente perdió postulando a Eljach pero ganó evitando que lo fueran a perseguir injustamente como lo hizo alguna vez el ex procurador Ordóñez, y de pasó le asestó un golpe político a sus rivales en el Congreso. Empató, podría decirse.