El fútbol es un deporte tremendamente popular, seguramente el más popular que existe en todo el mundo. Casi la mitad de la población se puede considerar fanática del fútbol. Las fronteras, los océanos y las diferencias de opinión pueden separar a miles de millones de personas, pero cuando se trata de fútbol, de alguna forma se encuentran.
Por esta razón, el fútbol a menudo se ha comparado con el vínculo que mantiene unido al mundo. Y aunque se muy poco de este deporte, debo decir que me siento feliz por el ascenso de Cortuluá a la A, porque pienso que ellos son la imagen bonita de mi Tuluá, me han regalado nada más que sensaciones, algunas de ellas tristes, pero aun así quiero que siga creciendo y ganando muchos títulos.
He acompañado desde el comienzo de su campaña a Cortuluá, puedo decir que soy su seguidora desde siempre, por ello, cuando asisto al estadio disfruto de todo, de los comentarios de los asistentes, porque cuando los fanáticos se emocionan, comienzan con unos rosarios de madres y de malas palabras que me dan pena ajena, pero que igual me divierten por la euforia que genera en los hinchas.
Pero lo que no he podido entender son los madrazos que se ganan los pobres jugadores y árbitros cuando hacen algo incorrecto. Nunca en mi vida había escuchado madrazos mentados con tanta gana. Parece que eso fuera parte del espectáculo y nadie se incomoda.
Otra de las experiencias que se vive en el estadio es ver el gran desfile de vendedores que allí se levantan la comidita con todo tipo de productos. Por ejemplo, conozco a un señor hace muchos años que se rebusca la vida ofreciendo bolsas de agua y gaseosa y a otro gordito simpaticón que vende maní de una forma muy particular que parece estuviera regañando a sus clientes.
He aprendido que ir a ver jugar fútbol es una forma de desestresarme, sin necesidad de acudir al psicólogo o al gimnasio, porque en el estadio comparto con personas diferentes una misma pasión y aunque no entiendo mucho del tema sí se que es un deporte en el que se enfrentan once contra once y gana el que más goles anote.