Árabes residentes en París agradecen a cualquier colombiano por la postura del gobierno contra el genocidio a Palestina.
Así lo constaté cuando un amigo colombiano, perteneciente a esa diáspora de connacionales que han huido del desbarajuste social del país, Shlomo Peretz, que más temprano que tarde cumplirá su sueño de llegar a laborar en Naciones Unidas, me presentó sus compañeros de trabajo en una ONG internacional que se dedica a auxiliar población civil en Estados en guerra o con conflictos armados internos que están ubicados en el sur global (Latinoamérica, África, oriente medio, o el sudeste asiático) “Merci”, nos dicen desde afuera.
Desde adentro, el agradecimiento al gobierno nacional tampoco se puede embolatar, pues hasta la oposición de derecha en su mayoría han reconocido el éxito de la COP 16 en Cali y el Valle del Cauca, así caprichosamente solo reconozcan el trabajo de la gobernadora del departamento y del alcalde de Cali.
Que no se olvide que fue Petro el que hábilmente se trajo la COP 16 para Colombia, y el que escogió a Cali como sede para ponernos en el foco mundial, como lo dijo el reconocido antropólogo que se ha dedicado a estudiar el río Amazonas, Wade Davis.
No es gratuito entonces que el presidente esté marcando en las encuestas un 54% de favorabilidad (más que cuando fue elegido) dato aupado por el develamiento del pavoroso escándalo del software “pegasus” que los medios corporativos de comunicación encubren y les permite tener en las mismas encuestas un guarismo de 78%, pero de desconfianza dadas sus desleales actividades.
Y la economía va mejorando, lo que permite ver un panorama alentador para el pueblo, pero desgraciado para sus élites que harán hasta lo indecible para volver a agarrar la presidencia en 2026.