Cuando encuentras esa persona maravillosa para conformar la pareja ideal y dar rienda suelta a una relación plena, llena de emociones y sueños, crees que tienes a tu lado al Príncipe Azul, el de las películas de Disney, y no hay cabida a los defectos, simplemente aseguras “encontré la horma a mi zapato”. Pero tiempo después decides conocer a tus suegros y es cuando entonces, en la mayoría de los casos, empiezan los problemas: tu suegra es insoportable!, además es tóxica y manipuladora.
¿Cómo son las personas tóxicas?, son aquellas que nos intimidan frecuentemente con sus malos comentarios y sus actitudes negativas. Si tu suegra influye en las decisiones de la pareja, tanto que les hace cambiar de opinión en los últimos momentos sobre algo que ya se tenía hablado, te desprecia, te hace reclamos, te critica y opina sobre la manera en que llevan la relación; si es de las que abre la nevera y se lleva lo que hay adentro, estás ante una suegra tóxica, celosa, envidiosa y manipuladora.
Por supuesto, no todas son iguales, es más, pienso que el papel de suegra es el más ingrato de todos, porque no se puede negar que se trata de una tarea bastante difícil. Adaptarse a una persona extraña que llega a hacer parte del seno de la familia, requiere tiempo, y más aún, entender la manera en que le da amor al hijo o hija, no necesariamente como uno de mamá quisiera, es complejo.
Nadie sabe a ciencia cierta si la suegra se merece la pésima fama que se ha ganado, pero lo cierto es que ahora que las parejas se casan y al año se separan y se vuelven a casar al poco tiempo, ya no se habla tanto de la suegra porque hasta los chistes sobre ellas han ido perdiendo encanto. Y todo hay que decirlo, aunque hablemos mal de la suegra tenemos que reconocer que hacen mucha falta, sobre todo cuando de consejos sobre cómo entender ciertos comportamientos de los hijos se trata o cuando se necesita quien cuide de los niños para poder irse de rumba o de viaje.
En conclusión, hay suegras buenas y también las hay malas, por esa razón mi mejor consejo es que a la suegra hay que tenerla, pero de lejitos, o si no, pregúntenle a mi nuera y mis yernos.