En el momento en que doña Nilsa me hizo el honor de invitarme a hacer parte de los columnistas del semanario el TABLOIDE, me hice la promesa de no escribir de nada que fuera contrario a mis principios morales, religiosos que asumí mientras ejercí el ministerio sacerdotal y que mis columnas serían para orientar en valores sociales, familiares y religiosos.
Sin embargo, considero importante, a través de mi columna de este día asumir un compromiso con mi patria Colombia frente a la gran responsabilidad que tenemos al ejercer nuestro derecho al voto.
En primer lugar, en una obligación moral, social, y religiosa ejercer ese derecho. Votar no solo es un derecho sino también una responsabilidad muy grande. Por eso debemos votar por quien tenga las manos limpias, quien no solo proclame en campaña el valor de la vida sino por aquel que la defienda de verdad desde el vientre materno. Decir que se respeta la vida cuando se ha asesinado y se defiende el aborto es una gran mentira que merece ser rechazada con el voto.
Es importante votar por aquel que defiende las instituciones y los organismos del estado, no por aquellos que desde la oposición incendiaron el país y atacaron sin misericordia a nuestras fuerzas militares que lo único que han hecho es defender la democracia y las instituciones legítimamente constituidas y que han ofrendado su vida ante los ataques de los grupos al margen de la ley.
Es importante votar por aquellos que defienden la democracia y la libertad de empresa, mas no por aquellos que desde las tarimas defienden las tiranías de los gobiernos de Cuba, Venezuela, Nicaragua y que no solo las defienden, sino que también han sido sus aliados y sus asesores.
La estrategia de la izquierda, y así lo plantearon desde la reunión de Río, donde estuvo presente una representación colombiana hace varios años, es acabar con la institucionalidad, la democracia y asumir el poder de manera radical.
Hoy, varios países de nuestro continente ya han entrado en ese club de países que acabaron, con la libertad de empresa y de prensa y que votar libremente se volvió asunto del pasado. Ojala Colombia desde este domingo no entre a formar parte de ese maligno club.