Antes de referirme al próximo Festival de Teatro Universitario “Lino Mora”, quiero hacer una sucinta reflexión sobre lo que ha significado esta actividad institucional para la región y la ciudad
Es bueno recordar que antes de la convocatoria del Primer Festival en el 2008, año en que abrió sus puertas el Centro Cultural “Gustavo Álvarez Gardeazábal”, la actividad teatral en Tuluá había caducado, luego de un esplendoroso tiempo de presencia continua, gracias a la labor del Taller Teatral Tuluá y su inolvidable espacio “La Capilla del Arte”.
Fueron los tiempos de los Festivales Internacionales de Teatro en la ciudad, dirigidos por Omar Humberto Cobo, responsable también de las actividades del Taller y de las Peñas Culturales que una vez al mes se llevaban a cabo en la Capilla. Pero, al desaparecer el Taller y su sede, lenta e inexorablemente la actividad escénica fue desapareciendo hasta extinguirse casi por completo.
Más, no hay mal que dure cien años, y con la puesta en marcha del “Lino Mora”, la actividad de las tablas fue reivindicando lo suyo y hoy tenemos importantes exponentes del teatro en la ciudad. Seguramente, el haber contado con la presencia de grupos como el de la Universidad Industrial de Santander en el marco anual del Festival, tuvo que ver con este resurgimiento.
Por ello, quiero agradecer a su director Omar Álvarez, su generosidad con nuestra labor y desearle el mejor desempeño en su tarea de formador de gente de teatro a nivel particular, ahora que abandona la UIS jubilándose.
Y, ahora sí, contarles que del 19 al 21 de marzo del año que corre, tendremos la versión XVI del Festival, con tres importantes obras que abordan desde miradas distintas pero convergentes, la problemática que nos apremia.
El martes 19, abrimos con el Taller de la Memoria de Pereira, seguimos con el grupo de Univalle Tuluá y cerramos con Los Chicos del Jardín de Manizales. No se lo pierdan.