Harta, aburrida y hastiada estoy del tema político. Mírese por donde se mire, las conversaciones sobre quién debe ser el próximo presidente de nuestro país siempre terminarán en lo mismo: diferencia de criterios, muchos superficiales, y en discusiones entre amigos y familiares. Qué ironía, cuando los colombianos lo que queremos es elegir un presidente que ayude a solucionar los problemas y no para provocarlos.
A los candidatos y líderes políticos lo único que realmente les preocupa es ganar para satisfacer sus egos y los de sus amigos más cercanos, lástima que el voto en blanco nunca ha servido, o si no, esa sería mi decisión.
Vergüenza por no decir otra cosa, es lo que estoy empezando a sentir por la clase política. Estoy cansada del odio por el odio. Sin reflexión, sin razonamiento, también estoy aburrida del patriotismo de mentiras que nos tratan de inculcar y que nos tomen como tontos útiles.
Señores, ¿no hay otra forma de hacer política sin atacar, sin calumniar ni ultrajar? Tan fácil que les ha resultado hacer campaña ofendiendo al otro y hasta burlándose de las características físicas de los que están aspirando. Señores candidatos, demuestren de verdad porqué merecen estar en el cargo más importante del país.
Solo pido un poquito de decencia, de ética, si saben lo que es eso, si le bajaran un poco a la soberbia podrían hacer historia de la buena, de la que produce orgullo. No podemos seguir con las mentes cerradas y fomentar el odio.
Por todo lo anterior, siempre me identifico con los que hacen una campaña limpia, transparente, pensando solamente en el bienestar real de los colombianos. Esa debe ser la práctica que rigurosamente se aplique en todas las campañas, más ahora que siguen las del nivel regional y local.
Ojalá que algún día logremos la madurez para entender que la política tiene como base principal el respeto por las diferencias y mucho más en una sociedad que está cambiando constantemente.