Hace poco más de 20 siglos un hombre (José) y una mujer en avanzado estado de embarazo (María) buscaban afanosamente de casa en casa un lugar donde hospedarse para que esa criatura pudiera nacer en un lugar digno.
Era nada mas y nada menos que el hijo de Dios, el niño Jesús que dentro de una familia se apresuraba por nacer en medio de la humanidad. Sin embargo, todas las puertas se cerraban, nadie tenía posada, a nadie le interesaba este escenario tan duro. Al final del camino alguien de buen corazón, ofrece una pesebrera y allí, en un lugar para animales, nace el dueño de la vida, el Mesías esperado por todos.
Hoy la historia se repite, Jesús está por nacer nuevamente en medio de la humanidad y toca de puerta en puerta en esta navidad porque quiere nacer en cada corazón y seguramente al igual que en Belén, muchos estarán tan ocupados en sus rumbas, repartiendo regalos, consumiendo licor, y por lo tanto no les parece importante la presencia del mismo hijo de Dios que quiere nacer en cada uno de nosotros para hacernos hombres y mujeres nuevos.
La Navidad, no es solo comidas, licor, borrachos en todas las esquinas, o el ruido ensordecedor de la pólvora que provoca muerte y dolor, la navidad es mucho mas que eso, es un acontecimiento que nos tiene que llenar de alegría y de esperanza.
Es la presencia del mismo hijo de Dios que se ha hecho hombre por toda la humanidad, que quiso compartir nuestra frágil naturaleza humana para llevarnos a Dios que nos ha dejado la iglesia, su cuerpo y su sangre en la eucaristía, el mandamiento del amor, los sacramentos y la intercesión de la santísima Virgen María.
Para todos ustedes, para todas las familias de nuestra región y de Colombia, para nuestros lectores, anuncian-tes, periodistas, y personal de EL TABLOIDE nuestro abrazo de NAVIDAD esperando de verdad que Jesús nazca en el corazón de cada familia, de cada ser humano, para que podamos alcanzar la paz que anunciaron los ángeles en la noche de Navidad “GLORIA A DIOS EN EL CIELO Y PAZ A LOS HOMBES DE BUENA VOLUNTAD”