La crisis se venía venir y ahora tocó fondo, cuando en materia de siniestralidad y accidentalidad, crece el número de víctimas de manera imparable en las vías del país, sumado la evasión en el pago del Seguro Obligatorio de Accidentes, que llega al 47%, es decir, de 17.5 millones de vehículos en circulación, solo 9.3 millones cuentan con el SOAT.
Ya algunas aseguradoras, durante la Asamblea General de Fasecolda, anunciaron la suspensión de este servicio, por las cuantiosas pérdidas generadas en el año 2021 y que aumentará en el presente vertiginosamente, mientras que la crisis actual empeora, por cuanto no se está expidiendo el SOAT y de esta forma los conductores se escudan en esta limitante para no obedecer las órdenes de las autoridades respectivas y continúan utilizando tanto los carros como las motos de manera irresponsable sin ninguna seguridad para sus ocupantes.
El SOAT ha sido un buen mecanismo de seguridad en materia de salud, durante los primeros años de entrar en vigencia, pero lamentablemente la corrupción que campea a lo largo y ancho del país, permeó las IPSS que prestan el servicio al facturar con precios sumamente elevados el valor de la atención y de otro lado, la inmensa mayoría de motociclistas que se niegan a adquirir el documento, debido a su también elevado valor.
Asimismo, se han detectado varias formas de evadir esta obligación, como es el caso del alquiler del SOAT por días o por meses; el presentar en las instituciones de salud los casos del accidentalidad que ocurren en los propios domicilios; cobrar cuando el evento ocurre con bicicletas y disfrazarlo como si fuera en moto o carro, entre otras artimañas inimaginables.
Consideramos que han sido los propios usuarios los responsables del caos que se vive en la actualidad, la falta de conciencia en el daño que se hace a las víctimas de la accidentalidad, el poco o nada sentido de respeto a la vida y de otra parte, la ausencia de una legislación más estricta y cuidadosa por parte del ministerio de Transporte, que ahora anuncia nuevas medidas para salir de esta gravísima situación.
El ministro de Transporte, Guillermo Reyes, ha expuesto algunas iniciativas, como la de obligar, así sea a las malas, la adquisición del Seguro, que se exigirá para todo trámite ante las secretarías de Tránsito y Transporte, así como en las Agencias de Reconocimiento y los centro de enseñanza. De igual manera se instalarán cámaras que, con la identificación del número de placa, se conocerá si tienen el SOAT.
Lo cierto, es que es urgente, prioritario y necesario, resolver este problema, de por sí muy grave, porque está en juego la vida misma de los colombianos.
Y un punto muy importante es examinar la vía más legítima para poner en cintura a quienes se niegan a la adquisición de este documento y es una tarea indispensable buscar en las instituciones vinculadas al sistema, una solución integral, ágil, práctica y especialmente hacer que la transparencia, sea el eje fundamental, de las reformas necesarias y poner fin a este galimatías, que pareciera no tener fin.