Durante muchos años hemos escuchado en nuestro país sobre los diferentes carteles que han existido, la mayoría de los cuales han tenido que ver con actos delictivos donde la vida se ha visto amenazada en todas sus manifestaciones: los carteles de las drogas, del cilantro, de la papa, en fin. Sin embargo, yo quiero proponer desde estas líneas, la creación de un cartel por la vida, donde en todas las instituciones públicas y privadas hagamos un alto en el camino para pensar en el valor de la vida como el más valioso de todos.
En los hogares, instituciones educativas, en los hospitales, medios de comunicación, en las instituciones del estado, en fin en todas las instancias de la sociedad hagamos campañas constantes, para defender la vida desde el vientre materno, donde nuestras futuras madres no se vean obligadas a abortar, donde los niños tengan la mejor alimentación y cuidados, donde los jóvenes no tengan que perder la vida por culpa de la droga o las bandas que los reclutan, donde todos podamos morir de viejos y no por culpa de la violencia. Donde a los niños, jóvenes, adolescentes se les inculque desde pequeños que la vida es un don de Dios y que nadie la puede quitar por ningún motivo. Donde los medios a través de mensajes continuos nos inviten a cuidar y respetar el don preciado de la vida humana.
Desde esta columna quiero hacer un llamado a toda la ciudadanía colombiana a que dejemos a un lado esta maldita violencia que ya bastantes vidas se ha llevado y que hagamos el propósito firme de vivir en paz respetando la vida como don supremo. Digamos como San Francisco de Asís “Señor has de mí un instrumento de tu paz…” que desde hoy, hagamos el propósito por defender la vida como el regalo más grande que Dios nos ha entregado y que siempre tenemos que cuidar.