Vamos a iniciar el nuevo período de alcaldes, gobernadores, diputados y concejales, en un marco crítico de seguridad, razón por la cual toda la población quiere ver resultados concretos a corto, mediano y largo plazo, ya no hay lugar para excusas de ninguna clase porque todas las condiciones están dadas para que quienes mañana asuman sus cargos públicos se dediquen de lleno, sin temor ni fatiga, a combatir el deteriorado estado de inseguridad que vive el país.
Para que los gobernadores y alcaldes inicien una gestión rápida es necesario que se agilice, desde el gobierno central, el Sistema General de Participaciones, eliminando trámites y gestiones inútiles que quitan demasiado tiempo a los mandatarios y les permite encontrar la excusa perfecta para no arrancar en el cumplimiento de su programa de gobierno. Ya el pueblo que los ha elegido con toda su sinceridad y beneplácito, está cansado de las promesas y es la hora de la verdad, como se dice en el argot taurino, no es posible aguantar tanta desidia cuando contemplamos la inmensa cantidad de “elefantes blancos” a lo ancho y alto del territorio nacional.
Es indignante la falta absoluta de previsión de miles y miles de problemas que están sobre diagnosticados desde tiempo atrás y los mandatarios se hacen los de la “oreja mocha” escudándose, como es costumbre, en la falta de recursos económicos. Ojalá que las veedurías ciudadanas funcionen bien en este período que se avecina, porque igualmente el pueblo está cansado de tanta corrupción oficial y espera que se borre de tajo, especialmente cuando desde toda tribuna, ha sido el caballito de batalla de la campaña electoral.
Vemos con profunda preocupación, que el gobierno central no está dando el ejemplo correspondiente para que avance el crecimiento económico y social, porque si bien es cierto, que el propio presidente de la república, ha avanzado en el ámbito internacional, teniendo como bandera su gran preocupación por el creciente deterioro ambiental, no ha sido así en el plano nacional, en donde se nota un paquidermismo insostenible en la conducción del Estado y principalmente en el cumplimiento de las promesas de campaña que atrajeron con entusiasmo, pero no se ven las obras por ninguna parte, es tal el desbarajuste central, que el propio mandatario, en reunión urgente de tres días, les dijo a sus ministros que “se ve solitario empujando a un elefante” y obviamente que así lo palpa el país en general, cuando no hay diálogo interministerial, se anuncian muchas cosas en público, pero no hay realizaciones concretas que favorezcan al cumplimiento de las mismas, pues no parece que sean realizables y su viabilidad se pierde entre el papeleo y la corrupción reinante, que hace perder y desperdiciar los recursos públicos.
Entramos, en un segundo año de gobierno y la incertidumbre es la constante nacional y especialmente existe un desconocimiento total de cómo se avanzará en las reformas propuestas a través de las discusiones del Congreso de la República, en donde las contradicciones son palpables y señalan el índice perverso de la polarización política que perjudican en última instancia a la población en cada municipio del territorio nacional.
Tenemos confianza y esperamos que para nuestro caso en particular, tanto la gobernadora Dilian Francisca Toro, como todos los 42 alcaldes del Valle del Cauca, se dediquen a trabajar y trabajar.