Nunca se hubiera llegado a pensar que la tecnología arrastrara a los colombianos hacia un sitio muy peligroso de su propia existencia, como son los juegos de azar, tal como se comprueba hoy, según las estadísticas más recientes, cuando son víctimas de esta adicción, en principio, el sector universitario que cae en su trampa mortal.
Y lo decimos mortal, porque una vez se está dentro de este juego, sea el que sea, es muy difícil salir y aquí hacemos referencia a los tiempos antiguos cuando los jugadores perdían sus bienes, casas, fincas, y llegó el momento extremo de perder hasta su esposa.
Vemos con profunda preocupación la rapidez con que ha penetrado el juego en todos los sectores de la sociedad, cuando pasamos del simple parqués en las esquinas de los barrios, hasta las graderías de los estadios, en donde cada hincha del equipo de sus preferencias apuesta, celular en mano, a las diferentes empresas de la red altas sumas de dinero.
La adicción a los juegos se convierte en un trastorno sicológico caracterizado por un patrón convulsivo de comportamiento en el que las personas se sienten incapaces de controlar su necesidad de jugar a pesar de las consecuencias negativas que se puede llegar a tener en sus vidas.
De acuerdo a un estudio reciente, en el país, el 10% de la población ha experimentado problemas relacionados con el juego y el 3% ha desarrollado una adicción grave, con las consecuencias de pérdida de empleo, los bienes materiales, relaciones sociales agrietadas, como también puede aumentar el riesgo de problemas de salud mental, tales como la depresión y la ansiedad.
Es importante que el gobierno, a través del ministerio de Salud, tome medidas para prevenir y tratar la adicción, lo que puede incluir la implementación de programas de educación y toma de conciencia, la regulación y vigilancia de la industria del juego y proveer los servicios de tratamiento para todos los que luchan contra el mal adquirido. La adicción en los jóvenes, es un problema grave y creciente que requiere atención inmediata y que el gobierno, tanto como las instituciones educativas trabajen juntos para prevenir y tratar esta adicción y al mismo tiempo promover una cultura del juego responsable y saludable.
Es impresionante, la rapidez en el aumento de las apuestas en las redes móviles, de donde se desprende la urgente necesidad de echar mano, junto con el sector privado, de todas las herramientas modernas, para detener esta ráfaga tormentosa que sacude a la juventud colombiana y va camino a su propia destrucción, porque al fin de cuentas, nadie gana demasiado en un momento de suerte, sino que se cae en una trampa que nunca termina, sino cuando se llega a la ruina física y moral, cuando ya es demasiado tarde.
No podemos acabar totalmente con los juegos y las apuestas, es un imposible, sin embargo es necesario disminuir al máximo sus posibilidades, proponiendo alternativas de ocio y descanso responsable y saludable en el entorno de la sociedad, partiendo de la educación en las instituciones públicas y privadas y la formación en la familia. También los dueños de los medios de comunicación corporativos tienen una enorme responsabilidad, dadas las atrayentes campañas publicitarias que incitan a la participación lúdica en todas sus manifestaciones.