El fuego que arrasa 7 mil hectáreas en el país, en 27 municipios de 7 departamentos, tiene en ascuas a los integrantes de los Cuerpos de Bomberos Voluntarios, ahora devorados por las mismas llamas que tratan de apagar, aún sin la suficiente cantidad de equipos adecuados, según lo confirma la misma institución a través de sus miembros que con determinación y coraje luchan contra lo imposible.
Para el caso del Valle del Cauca, el delegado a la junta nacional Comandante de los Bomberos de Sevilla, denunció el poco y casi nulo apoyo por parte de los alcaldes y de la autoridad ambiental, CVC, que no giró un solo peso de la sobretasa ambiental en los años 2021 y 2022 dejándolos solos en su tenaz labor contra los incendios y demás tragedias que les corresponde enfrentar todos los días.
Señaló que carecen de suficientes equipos, moderna maquinaria, elementos apropiados para su vestimenta, cuando deben acometer acciones en tiempos de verano como el actual y cuando se presentan tantos incendios que ponen en serio peligro la fauna, la flora y la población.
A pesar de las ayudas aéreas, helicotransportadas, la sobretasa que recogen las alcaldías es muy poca para atender cientos de tragedias, que exigen nuevas vestimentas y múltiples costos de movilidad, entre otros, además del peligro que corren los Voluntarios en estas situaciones de altísimo riesgo para sus vidas e integridad personal.
Es una lástima que se necesite atravesar por este mal momento en el país, para tomar conciencia de la importancia que tienen los Bomberos que nacieron con un bellísimo objetivo de ayudar a la gente de cada municipio en situaciones de calamidad y especialmente en la lucha contra el fuego devorador que arrasa la tierra de manera inmisericorde, lo que nos lleva a pensar que el cambio climático es un problema de inmensa gravedad ante el cual la responsabilidad no solo es del gobierno sino de todos los colombianos.
Es verdaderamente doloroso, ver caer los árboles, salir corriendo los animales de la selva, pocos que sobreviven, pero también es supremamente grave, cuando las personas deben abandonar sus propias viviendas, especialmente en el sector rural, agravando los problemas y necesidades del campo.
El llamado bomberil, es a tomar conciencia de la necesidad urgente de fortalecer sus unidades en todos y cada uno de los municipios del Valle del Cauca, solidarizarse con sus problemas, pues son la base primigenia para ayudar en las tragedias y cuentan con el espíritu para hacerlo desde sus orígenes. Estamos pasando por uno de los peores y más críticos tiempos calurosos y la solidaridad es apremiante.
Todos sabemos que apagar incendios no es la única tarea de los Bomberos, es conocido que también llegarán temporadas invernales, a las cuales igualmente se debe hacer frente y estar listos para la ayuda concreta a la población, de donde se desprende la magnitud de la responsabilidad de los alcaldes y gobernadores que deben estar prestos a dotarlos debidamente para la tarea que se avecina.
Si la corrupción está cercenando la actividad bomberil, también ha llegado el momento de estar atentos para que esta institución tan necesaria y al mismo tiempo querida por todos, no caiga en sus manos.