El sector del comercio organizado resultó ser el más golpeado durante el año pasado y aún no hay indicios de recuperación, según estadísticas del DANE, lo que sugiere mayor incertidumbre para el año que comienza, mientras que la informalidad se mantiene en alza, lo que se traduce en la poca o escasa visión que el gobierno tiene acerca de esta problemática que impide una mayor tributación y la generación de empleo de calidad.
Mientras tanto, en el Congreso de la República, cursa una reforma laboral muy criticada por los empresarios porque no reúne los suficientes argumentos para mejorar las condiciones económicas de los trabajadores.
El comercio organizado en Tuluá es el eje fundamental del crecimiento económico, desde tiempos antiguos, es su caracterización principal, que ha permitido el fortalecimiento de la economía familiar y de contera una mejor educación y especialmente conservar en un alto índice el valor del trabajo.
A pesar de presentarse un breve repunte en la economía en el ámbito nacional, cuando se presenta un crecimiento del 2.2% en el mes de noviembre, no fue el sector comercial el más positivo, sino que por el contrario tuvo una mayor disminución, perjudicando lógicamente un vasto plan de emprendimientos y proyectos para el presente año.
El DANE, al revelar los datos, refleja varios altibajos y descompensaciones en los sectores económicos, así que la incertidumbre es el sentimiento general, tanto de comerciantes, como de otras actividades productivas, especialmente el manufacturero.
Según los expertos, el crecimiento y desarrollo en este año depende del empuje y puesta en marcha de proyectos que generen empleo de calidad, promoción urgente de la construcción, las exportaciones con un mercado muy amplio con los Estados Unidos y abrir espacios hacia China, Brasil, Rusia y África, facilitando el comercio internacional.
Y para nuestra región centrovallecaucana, es demasiado importante, el turismo, receptivo y activo, de tal manera que se incremente el número de visitantes nacionales y extranjeros, que se interesen por nuestros productos, las confecciones autóctonas, la inmensa riqueza raizal en donde el comercio tiene la mejor forma de manifestarse, tanto en las Ferias, como en los concursos regionales. Y para hacerlo efectivo y concreto, la unión de los sectores público y privado son indispensables, no de otra manera se podrían tener resultados óptimos de beneficio colectivo.
Ante la avalancha de los mercados internacionales en un mundo cada vez más globalizado, se hace necesario apoyar al pequeño y mediano comerciante, que sufre las consecuencias, en primer lugar, del contrabando y en segundo lugar, de la competencia desleal y el acaparamiento.
Actualmente la gente de a pié, como se dice en el argot popular, busca los mejores precios, artículos de la mejor calidad que compitan con los importados, las empresas los pueden producir si hay acuerdo de voluntades cuando todos miren hacia un mismo lado, es decir, un crecimiento armónico.
Un reto especial para nuestros días, es recuperar la confianza en lo nuestro y en este sentido, es prioritario el esfuerzo conjunto de los sectores oficial y privado.