La iniciativa de crear el Área Metropolitana entre siete municipios alrededor de Cali, en lugar de convertirse en una amenaza para el resto del Valle, es la gran oportunidad que tienen líderes políticos y alcaldes respectivos, de abandonar de una vez por todas su egoísmo, para dejar de mirarse el ombligo y acariciar sus pocas o escasas iniciativas, y alzar su vista hacia las localidades vecinas del centro y norte vallecaucano e iniciar un proceso de unidad, vecindad, solidaridad, que permita resolver problemas y necesidades comunes de manera conjunta con mejores resultados que continuar aislados en una lucha infatigable con escasos resultados.
Es innegable el olvido de todos los mandatarios regionales en relación con sus proyectos y propósitos de colaboración con el resto de los municipios, exceptuando, su capital y Buenaventura.
Solo se reciben las migajas que dejan caer los pocos representantes que se tienen en el Congreso con peso específico, porque los demás solo van a calentar el puesto y confirmar asistencia para poder cobrar.
Esta iniciativa resulta fundamental para gestionar de forma conjunta soluciones a problemas que afectan por igual a todas las localidades, en áreas de movilidad, seguridad, agua potable, protección de las cuencas hidrográficas, entre otros temas de suma importancia.
Un ejemplo clarísimo de integración es el acueducto SARA BRUT con óptimos resultados gracias a la asociatividad de estos municipios del norte lo que demuestra que “cuando se quiere se puede” y los resultados pueden percibirse a corto, mediano y largo plazo.
Los centro vallecaucanos no podemos continuar ciegos, ante la inminencia del aumento de las participaciones generales de la Nación, para que estemos atentos y los alcaldes presenten proyectos integrales y de manera conjunta ante Planeación Nacional, se debe dejar la mirada “miope” y “cositera” de la mayoría de los mandatarios locales, para que surja un auténtico liderazgo que abarque todos y cada uno de los municipios del centro y norte del Valle, con profundo arraigo regional y territorial, y se hagan escuchar en las altas esferas del gobierno y no sigan siendo “pordioseros” del mandatario regional de turno, que a duras penas vienen a los municipios a inaugurar obras de vieja data que han dormido el sueño de los justos por muchos años y tal vez, por un milagro, salen adelante.
Si bien es cierto que para el gobierno regional, nos hemos convertido en “la cenicienta del paseo” y somos el “patio trasero” de la capital, es ahora o nunca la inmensa oportunidad para la creación igualmente de un área metropolitana del centro y norte del Valle. De esta manera se olvida la manía tradicional y politiquera de presuntamente anexarse al departamento de Risaralda, los municipios de Cartago y Caicedonia.
En esta área se pueden unir municipios pequeños con los grandes, no solo en su tamaño geográfico y poblacional, sino por sus necesidades afines, como en materia de salud, seguridad, movilidad, transporte rural, saneamiento y recolección de basuras.
Ya es hora de trabajar en conjunto, dejando de lado esas “pequeñas conquistas” políticas, que dividen e impiden el verdadero desarrollo y crecimiento económico y social de los habitantes. Es el momento de dejar atrás viejas y caducas formas de gobernar los municipios, para mirar hacia “arriba” con el único objetivo de servir realmente a cada una de las comunidades que todavía tienen un “poco de esperanza”.