Después de una larga espera, empieza a brillar la luz en el horizonte y con ella, la gente empieza a retomar la esperanza que eventualmente se había esfumado y a procurar andar de nuevo el camino hacia la normalidad; la práctica deportiva no es una excepción a esto. Así, los estadios de nuestro país ya empiezan a albergar a espectadores para imprimirle un sello indeleble al espectáculo del fútbol que, a través de los años y gracias al binomio “juego-espectadores”, ha mantenido encendida la llama del amor por este deporte. Este escenario no ha sido ajeno a los partidos que en los últimos días se han efectuado en Suramérica, con motivo de las eliminatorias para el mundial del 2022 y que, si bien los respectivos escenarios no han copado su aforo, por motivo de la pandemia, quienes han tenido la oportunidad de ingresar a dichos espacios, han desplegado toda su alegría para vitorear a sus escuadras y henchir el corazón de los aficionados a esta disciplina. No obstante, lo anterior, preocupa la situación de nuestro combinado patrio, que por el ranking que ocupa, aún no tiene asegurada su participación en la justa mundialista. Afortunadamente, las últimas confrontaciones ante Bolivia, Paraguay y Chile, sirvieron para que los nuestros logren un puntaje que les permita tomar un segundo aire en las citadas eliminatorias. Mantener esta actitud y estas conquistas requiere el trabajo mancomunado de jugadores, cuerpo técnico, directivos, entre otros. Por ello, preocupa el despliegue de mensajes en las redes sociales por parte de un jugador talentoso, que no ha sido convocado para los últimos encuentros. Sería conveniente en estos casos, como en todos aquellos que suscitan polémica en la vida, apuntarle siempre a la verdad. Para ello, en este caso, se puede recurrir a criterio de expertos, preferiblemente extranjeros, para garantizar neutralidad. La idea es separar lo que se dice y como se dice de los hechos acaecidos, con el fin de distanciarse de ruidos que pueden contaminar un intercambio discursivo para centrar la atención en la realidad de los sucesos. Esto requiere, además, como lo plantea un distinguido comentarista deportivo, trabajar a la par la parte física y la mental de los jugadores para lograr un sano equilibrio, que les permita dedicarse a su trabajo: “jugar y deleitar a sus seguidores”.