¿Cuántas desapariciones, cuántas muertes, cuántos jóvenes mutilados, cuántas violaciones a nuestras mujeres, a las poblaciones más vulnerables, cuántos enfrentamientos entre civiles y fuerza pública, cuántas personas descuartizadas para detener esta barbarie? ¿Cuántas muertes para que exista una verdadera democracia, un verdadero Estado SOCIAL de Derecho? ¿En qué lugar del mundo el Presidente de la República llama a esto “estallido de emprendimiento”? ¿Cuánto debemos esperar para que se solidarice y respete a las víctimas? (…)
Es triste y totalmente indignante que esta crisis social, sanitaria, política y económica, sin precedentes en la historia colombiana la reduzcan a un juego de palabras y politiquero para desviar la atención, otra cortina de humo para restarle valor a la protesta social, para ponernos a hablar del cinismo y crueldad con la que un gobierno mira a su pueblo, como si con ello fuese a levantar lo poco de aprobación que le queda.
José Miguel Vivanco, Director Ejecutivo de Derechos Humanos manifiesta que han recibido denuncias sobre 81 muertes ocurridas en Colombia desde que iniciaron las protestas, de las cuales han confirmado 40 (36 manifestantes o transeúntes, 3 policías y 1 funcionario de CTI), sin contar aquéllas que no se denunciaron o que por falta de pruebas no están siendo visibilizadas. Absurdo que no podamos confiar en nuestras instituciones, ni la Procuraduría, ni la Fiscalía realizan su función, pero el Estado sí ofrece recompensas por los daños materiales, llegamos al punto donde valen más las estatuas y edificios que las vidas humanas. Una sola muerte debe ponernos a pensar.
Todo esto refleja dolor, odio y la incapacidad de solucionar conflictos de nuestra sociedad; sin embargo; mientras el presidente y las élites políticas tradicionales no reconozcan nuestras problemáticas y se pongan en los zapatos del pueblo estamos lejos de encontrar soluciones.
¿Cuánto más tenemos que esperar para que cese la violencia y nos unamos a defender el diálogo y la paz?.