El deporte de las bielas nos ha entregado grandes satisfacciones. Estas han marcado hitos nacionales e internacionales. En los primeros, vale recordar a Ramón Hoyos, quien ganó 5 vueltas Colombia; a Cochise, quien conquistó 4 o, a Rafael Antonio Niño, quien coronó 6.
Desde luego, esta lista se podría extender, pero los mencionados ilustran el punto en cuestión. En el plano internacional, cabe destacar el campeonato del mundo en pista, logrado por Cochise Rodríguez en Varese, Italia en 1971 y el campeonato mundial en la modalidad contrarreloj, alcanzado por Santiago Botero, en 2002 en Bélgica.
En cuanto a competencias de ruta, vale resaltar el triunfo de Lucho Herrera en la vuelta a España en 1987, la conquista del Giro de Italia y de la Vuelta a España en 2014 y en 2016, respectivamente, por parte de Nairo Quintana. Especial mención merece la victoria de Egan Bernal en el Tour de Francia en 2019, Tour considerado como uno de los más importantes a nivel orbital.
Si bien estas gestas han suscitado grandes emociones en los seguidores del ciclismo, también es cierto que en los últimos años, nuestros escarabajos han perdido protagonismo en las competencias internacionales. Por supuesto, no se puede esperar que siempre levanten los trofeos en tales justas, dado que en el momento el danés Jonas Vingegaard y el esloveno Tadej Pogacar parecen imbatibles. Sin embargo, uno esperaría que nuestros ciclistas disputaran puestos de vanguardia en el respectivo ranking.
Haciendo un recorrido desde el 2021 hasta ahora, se puede observar que en las llamadas grandes carreras, esto, es Tour de France, Giro de Italia y Vuelta a España, solo en contados casos, un compatriota se ha ubicado entre los 10 primeros de la general. Los demás han ocupado puestos secundarios, separados incluso por márgenes superiores a dos horas del ganador.
En este año, el escenario es preocupante en el Tour de France, que se corre en estos días, donde ningún connacional ha logrado ubicarse entre los primeros de la clasificación general. Este análisis ha de motivar una reflexión por parte de directivos y competidores, en cuanto a mejorar la preparación física y mental. Al parecer los europeos han aprendido a escalar, mientras que los nuestros han bajado su nivel en este terreno y además, en los sectores planos y en los descensos, existe una gran brecha entre los colombianos y los europeos.