Hace unas semanas los concejales que en Tuluá se han declarado como opositores del gobierno que por estas calendas preside el abogado John Jairo Gómez Aguirre, hicieron un debáte interesante en el que cuestionaron al director de Planeación Municipal sobre la licencia urbanística del plan habitacional Belén que se construye en un predio del llamado Plan Parcial Cinco.
En lo personal me gusta que en este escenario de la democracia se surtan este tipo de discusiones, pues es el ideal para abordar todos los temas de ciudad, esos que nos atañen a todos y que de manera directa o indirecta nos benefician o perjudican. Por esa razón desde esta tribuna de opinión invito de manera respetuosa a los concejales Jorge Alberto Castaño, Eliecid Ávila Ávila y Cristian Hernández que con la misma verticalidad, seriedad y diligencia con la que actuaron ante las dificultades surgidas con la parcelación Belén, se ocupen y citen a un debate de control político a los responsables en el presente y pasado del plan habitacional Terranova, plan en el que más de 200 familias tulueñas invirtieron su patrimonio y hoy ven con preocupación que este se le desvanece sin que se avizore una solución en el corto y mediano plazo. Sería muy conveniente escuchar en el seno del Honorable Concejo Municipal al gerente y exgerentes de Infituluá, a los voceros de los compradores, al Ministerio Público que se ha mostrado diligente en otros asuntos, al director actual y al exdirector de Planeación de la época y porque no a la señora Contralora que debe tener claro lo que pasó allí. Es necesario que se le diga la verdad a los tulueños que hace ya casi cinco años soñaron con tener casa propia e invirtieron sus recursos a ojos cerrados, pues Infituluá como entidad del ESTADO era prenda de garantía para ellos. Ya hora que la honorable corporación haga uso de su capacidad de discusión y se ocupe de este y otros temas que resultan de interés general para todos. Queda abierta la propuesta y bienvenido el debate.