Las eliminatorias para el mundial de fútbol del 2026 no dan tregua; por ello, los equipos deben aprovechar cada fecha programada para asegurar su cupo en dicho evento; para tal fin, cada combinado planea sus respectivas estrategias.
A estas alturas de esta justa, se han observado algunas fluctuaciones, que ameritan una reflexión. Por ejemplo, la Canarinha, que en los primeros encuentros había realizado una performance regular, en los últimos partidos ha demostrado un ascenso, que le ha permitido obtener scores satisfactorios. Además de las estrategias mencionadas, a este repunte ha contribuido la convocatoria de figuras como Raphina y Luiz Henrique.
Otras escuadras, como la de Argentina y Uruguay han mantenido regularidad. Llama la atención el caso de Bolivia, que en su casa ha derrotado a la mayoría de sus adversarios, en el estadio El Alto, situado a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar; sin embargo, algunos de sus encuentros como visitante han sido desastrosos, como lo evidencian las goleadas que recibió por parte de Argentina y de Ecuador.
Con respecto a nuestro equipo, preocupa los tres partidos consecutivos que perdió frente a Bolivia, Uruguay y Ecuador. Si bien hasta ahora estamos dentro de las selecciones que irían al mundial, vale la pena tomar recaudos para lo que resta de la competencia, ¿será que algunos jugadores tienen sobrecarga física?, ¿será que el jet lag afecta más a algunos jugadores de aquellos que compiten en el exterior que a otros, especialmente para el primer partido de los dos agendados para cada fecha?, ¿por qué no recurrir a algunas figuras del rentado nacional en dichos casos? Estas son algunas modestas apreciaciones que se podrían evaluar, pero, de todos modos, algo está pasando y algo se debe hacer para detener la curva descendente observada en los últimos partidos.