Tras unas 34 semanas de embarazo con cambios hermosos, increíbles e incómodos en el cuerpo, elevo estas palabras y en pie aplaudo a las mujeres del mundo que son madres. No solo se trata de reconocimiento, gratitud, un detalle, la foto y las palabras en una red social; ojalá cada hij@ pudiera experimentar todo lo que siente y vive una madre para que podamos valorarlas como merecen, no hay dinero ni regalos para compensar todo el amor y todo lo que deben asumir para traernos al mundo. Hoy la honra es para ustedes, mujeres valientes que decidieron dar ese salto sin manual, solo con la esperanza de brindarnos lo mejor a cada individuo que llega a esta tierra.
El mundo necesita seres amados, deseados, a los que se les quiera y se les pueda brindar lo mejor, niñas y niños soñadores que se conviertan en buenos ciudadanos. Si usted decide no ser papá o mamá valore a su mamá o a la persona que le ha ayudado a ser y a estar en la vida, si usted decide ser mamá, con mayor razón tiene un reto enorme de dejar en alto esa figura. Hoy deseo alcanzar la vara alta que mi madre, familiares y amigas han dejado como matronas porque definitivamente son increíbles y maravillosas.
En el último mes en el marco del paro nacional colombiano, muchos jóvenes y la sociedad diversa se manifestaron de forma pacífica con múltiples expresiones artísticas que evidencian nuestra riqueza cultural; sin embargo, muchas madres no celebraron porque perdieron a sus hijos por cuenta de los enfrentamientos y la violencia que se encrudeció a manos de fuerzas armadas y de un gobierno sordo incapaz de conectarse con la realidad de tantos.
A las madres que perdieron a sus hijos o que aún desconocen su paradero, las abrazo, a los jóvenes, campesinos, población LGTBIQ, mujeres y hombres soñadores de la Colombia diversa, gracias, este momento de ustedes, es nuestro.