¿Cómo se describe?
Soy un tulueño de 49 años de edad, padre de Samuel y casado con Ana Milena. Soy un hombre común y corriente, usted conoce parte de mi historia y de dónde vengo.
Yo lo sé pero los lectores no…
Mi familia era, mi mama y yo; ella era una luchadora, tuvo un kiosco en la 30 donde vendía comidas y con ese negocio me levantó y soy lo que soy por ella. Hoy quisiera que mi mamá viviera para que viera los buenos resultados.
¿Si usted no estuviera al frente de la Cámara de Comercio que estaría haciendo?
Estaría ejerciendo mi profesión de abogado, asesor empresarial, fortaleciendo mi empresa, era lo que hacía antes y también aportándole a esta sociedad, generando empleo.
¿Qué es lo que más le gustó hacer durante las cuarentenas?
Tal vez lo que más resalto es que nos enseñó a valorar a los amigos, a la familia; a compartir todos los espacios con los seres que amamos; aprendí a querer más mi casa y a mi familia.
¿Usted cree que resultó muy duro para los que tienen dos amores?
Jajajaja.. eso no me tocó a mí y no me imagino cómo sortearon ese problema los otros amigos pero me preocupaba mucho por ellos.
¿Y qué fue lo que menos le gustó?
Tenía que colaborar, lavar los platos, barrer, hacer de todo un poquito y ser muy ordenado porque por lo general los hombres somos desordenados. Además se consolidó la reina de la casa, porque Ana Milena era la que daba las órdenes.
¿Lo peor de pandemia?
Lo peor fue la partida de los amigos cercanos, eso fue muy fuerte y triste como lo fue la partida de mi amigo Orlando Duque, era un gran hombre y me dolió mucho.
¿Usted todavía aspira ser alcalde de Tuluá?
Hoy estoy en un proceso de mi vida profesional que es ser presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio, pienso que debo culminar ese ciclo con toda la responsabilidad del caso y después ya veremos.
¿Cuál es su mejor amigo?
Soy de muy pocos amigos y si nombro alguno de ellos, se me pueden sentir los otros.
¿Quién está detrás de usted?
Mi señora, por la noche me habla al oído aunque no está detrás de mí todo el tiempo.
¿A qué le apuesta en la Cámara de Comercio?
Hacer un buen trabajo, realizar lo que me corresponde, fortalecer al empresariado y ser un buen Presidente Ejecutivo.
¿Cuántas veces mira el celular?
Jajaja.. Si usted mira las redes sociales soy muy poco interactivo, muy malo para los mensajes de WhatsApp porque pienso que los diálogos son mejores, pero la verdad es que nos volvimos esclavos de la tecnología, siempre he pensado que antes vivíamos mejor.
¿Cuál es su tema musical preferido?
A mis amigos, es un tema que me gusta mucho y sobre todo que esté interpretado por un gran amigo y un gran artista como Humberto Gómez.
¿Cuál ha sido su mayor locura por amor?
Llevar más de 28 años con la misma mujer.
¿Cómo fue su peor cita?
Cuando no me llegó la que estaba esperando jajaja.. me dejaron vestido y alborotado.
¿Alguna vez ha dado su brazo a torcer?
Antes de dar el brazo a torcer hay que buscar la mejor parte para los dos, eso depende del contexto.
¿Le ha roto el corazón a alguien alguna vez?
Nunca me di cuenta, porque fui muy poco noviero, tuve dos novias y con la segunda me quedé.
¿Ha hecho el amor en algún lugar prohibido?
No que lo recuerde… jajaja
¿Cuántas veces ha sido infiel?
Ni una, soy un hombre de una sola mujer.
¿Cuándo fue la última vez que mintió?
No me gustan las mentiras, aunque a veces se dicen mentiras piadosas.
¿Alguna vez ha estado con alguien para olvidar a otra persona?
Nunca.
¿Un complejo o defecto?
Ser muy franco.
¿Qué es la felicidad para usted?
Hacer lo que a uno le gusta sin perjuicios, tener un hogar estable, trabajar en lo que a uno le gusta, esa es la felicidad para mí.
¿Si pudiera escoger cualquier lugar, dónde le gustaría vivir?
En el campo, porque es un sitio en el que se vive tranquilamente, pero a mi esposa no le gusta.
¿Tiene algún ídolo o persona que lo inspire?
Me inspiran todos aquellos que piensen en nuestra ciudad y que sean más incluyentes y en el desarrollo de nuestro país.
¿Qué es lo primero que se fija en una persona?
Los ojos y las uñas.
¿Cuál es su mayor manía?
Soy muy perfeccionista, pero hay veces que eso es contraproducente para la buena convivencia.