“Cada niño que nace es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, cada cantor es un soldado menos”, es una de las expresiones más célebres del cantautor argentino Facundo Cabral que resulta sencilla pero a la vez profunda y que quizá recoge en esencia el pensar y sentir del maestro Gustavo Adolfo Jaramillo, quien lleva buena parte de su vida enseñándole a niños y jóvenes a descubrir en la música una razón para vivir, para soñar y para construir un mejor futuro.

Hoy justamente ese predicamento hace posible que se esté hablando de una banda sinfónica juvenil que suena desde un pequeño pueblo vallecaucano que, extrañamente parece tocado por los dioses de la música, lo que hace posible que suenen los instrumentos y se escuchan voces melodiosas en cada rincón de la población.
Cómo nació
La Banda Sinfónica Juvenil de San Pedro, curiosamente, nació en medio de una conversación que su director sostenía con el exalcalde John Jaime Ospina, a quien, le propuso iniciar un proceso de alfabetización musical, pues Jaramillo sueña con que en cada rincón de la Capital Avícola de Colombia haya un niño o joven inspirando su vida con el arte. En esa charla el exmandatario propuso la conformación de la banda y, a decir verdad, se echó al hombro el proyecto y desde hace más de tres años largos el proyecto pasó de ser solo una idea para convertirse en una grata realidad que germinó y hoy muestra sus primeros frutos.

«La música me escogió a mí»
Gustavo Adolfo Jaramillo Tascón es Tecnólogo Industrial Especialista en gerencia cultural, sicólogo, y docente de la Unidad Central de Valle, Saxofonista, arreglista, y director de la escuela de artes Talento Humano de Tuluá. Según sus propias palabras, es músico por naturaleza, pues su familia lleva el arte en la sangre.
Aunque fue a la Tecnológica de Pereira a estudiar Ingeniería Industrial y la ejerció durante una temporada en Cali sintió la necesidad de volver a sus raíces. “La música me escogió a mí y por eso me siento feliz de compartir experiencias con tantas personas y de manera especial a los niños y jóvenes, pues hay miles de testimonios de cómo la música ha sido el paliativo y la puerta de escape a tantas realidades del día a día”, enfatizael artista.
Obstáculos por superar
El primer escollo que debió sortear fue la carencia de instrumentos, la cual se suplió con algunos existentes en la Casa de la Cultura y otros los prestó la Academia Talentos, propiedad del maestro Jaramillo; la semilla plantada germinó lo que permite que más de 60 jóvenes inviertan su tiempo leyendo partituras y dándole vida a un sin número de páginas musicales.
Para el maestro Gustavo Adolfo Jaramillo el plus de este proyecto es el impacto social que se genera, pues es sacar a los niños y jóvenes de una realidad que viven y varios de ellos llegan a los ensayos y presentaciones sorteando todo tipo de dificultades.
Reto cumplido
Aunque la Banda Sinfónica Infantil y Juvenil de San Pedro ya ha actuado en varios escenarios de la región, incluyendo el emblemático Teatro Municipal de Buga, el maestro Jaramillo decidió asumir un reto de cara a la versión 35 del Encuentro Nacional de Música Inédita Luis Mario Lopeda y era ofrecer un recital con los éxitos del cantante ecuatoriano Julio Jaramillo, pero el reto no era del todo nuevo, pues ya con una banda similar en Tuluá había rendido un tributo a Metálica.
Precisa que la preparación fue dispendiosa, pues tras definir las canciones, había que escribir las partituras y ensamblar los instrumentos para darle el ensayo que incluía la interpretación vocal de Jefferson Gómez Marulanda, un joven talentoso, ejemplo de superación y quien fue el primer ganador del concurso San Pedro Tiene Talento.
“Lo más emocionante fue el aplauso cerrado de pie y por espacio de tres minutos, algo que no se había visto en el marco del encuentro», precisó Jaramillo Tascón en entrevista con EL TABLOIDE.