Es así como el crecimiento acelerado de la industria de comestibles trajo consigo diferentes talentos y personas que cantan, ofrecen productos como rosas o simplemente llegan a pedir dinero.
En medio de esa jungla de cemento emerge la figura de un par de jóvenes que con su formalidad, peculiar presentación personal y ante todo su emprendimiento han logrado cautivar a más de un tulueño y visitante.
Estos dos personajes ofrecen un innovador producto en la Villa de Céspedes y desde hace aproximadamente tres años sus chocolates rellenos con licores o frutas, con una extensa variedad de sabores, son esperados por los comensales que ven en ellos la exquisitez de un postre.
Con seguridad, muchos lectores de EL TABLOIDE en algún momento los ha visto, saludado y comprado en el entorno del barrio Príncipe, su nicho natural de comercialización.
Su historia
Gustavo Adolfo y Luis Fernando Herrera Garzón son los hermanos que protagonizan esta historia.
Todo comenzó a mediados del 2020, en plena pandemia, época que para muchas personas fue una etapa difícil, pero otros la usaron para tomar un impulso tras tocar fondo; es decir hicieron de los tiempos turbulentos, una oportunidad de crecimiento.
Para ese entonces, ambos estudiaban en la Universidad Tecnológica de Pereira; Gustavo cursaba sexto semestre de música y Luis, tercero de de Ingeniería Industrial.
Ahí fue entonces donde Gustavo decide vender dulces de todo tipo para sostener sus estudios universitarios. Con los días surge la idea de los chocolates y dentro de la universidad funcionó bien.
Posteriormente, Luis se suma al proyecto y sin pensarlo por sus “crespos” alocados se convierte en la imagen del producto que se elabora de manera artesanal.
Pasan los días y por motivos de fuerza mayor El Crespo suspende sus estudios y retorna a La Marina, su pueblo natal, y junto a su madre decide que esa semilla de emprender su propia unidad de negocio, no podía morir, encontrando en su progenitora, Gladys Garzón Ramos, a una aliada estratégica.
Fue ella la que empezó diseñar y elaborar las cajas, y envolturas para apoyarlos y ver cómo podría impulsarlos a seguir con sus sueños. Gustavo por su parte continuaba en Pereira ofreciendo los chocolates.
A la conquista de Tuluá
Rápidamente Luis Fernando se da cuenta de la acogida que sus dulces ganaban en Tuluá y fue entonces que se vistió de valiente, se quitó la pena y en cada establecimiento de la antigua zona rosa empezó a ofrecer este delicioso chocolate.
Sin pensarlo se formó como vendedor, pero sus característicos crespos y su decencia por encima de todo cautivaba a las personas, logrando un crecimiento exponencial.
El dúo maravilla
Ante el éxito logrado, su hermano decide volver a La Marina y ayudar con temas logísticos, y pues quién iba a pensar que este emprendimiento, que en sus comienzos fue solo un pequeño sustento a sus gastos académicos, se convertiría en una oportunidad de negocio.
Cuando Gustavo inicia, juega un papel fundamental y empieza a transformar todo en algo estructurado, crean Instagram, luego Whatsapp Business y ambos se educaban día a día para formalizar su emprendimiento, desde lo básico, que fue mejorar su producto, hasta lo que es un poco más complejo que fue entender todos los asuntos de ley como el registro en la Cámara de Comercio, la Dian y demás vueltas legales para registrar la marca.
Fue así como dejaron de lado chocolates El Crespo para darle vida a Kreslati, una marca que, según sus propias palabras, es la mezcla de muchas cosas, sentimientos, luchas diarias y una invitación a no claudicar.
Soñadores
Los hermanos Herrera Garzón pretenden ser generadores de empleo, eso sí, que la característica principal de las personas que trabajen con ellos se distingan por su amabilidad.
Por otra parte, para lograr expandirse están legalizando su producto para que sea mucho más confiable al público y reconozcan que son los clásicos chocolates Kreslati.
Aunque comenzaron con un sueño local, ahora buscan cómo propagarse a nivel nacional y quizá en algún momento continur escalando internacionalmente y formar empresa donde muchas personas puedan beneficiarse.
Sus redes sociales
Pueden encontrarlos en Instagram como @Kreslati, allí podrán hacer pedidos de deliciosos chocolates con licor o sin licor de viche, baileys, smirnoff, maracuyá, tequila. Mejor dicho… si en algún momento los ve recorriendo las calles de El Príncipe, no pierdan la oportunidad de degustar los manjares hechos por ellos y empacados con una alta dosis de amor maternal.
Y por supuesto, recibir su típico sticker para que los tengan en cuenta siempre.
A Gustavo Adolfo y Luis Fernando Herrera Garzón, el Crespo y el Liso, ahora propietarios de kreslati, los puede encontrar de jueves a lunes en la antigua zona rosa, a partir de las 7:30 de la noche.