acuerdo con las estadísticas que maneja el centro de estudios superiores, Cuéllar es el estudiante más longevo en recibir un título en 78 años que tiene el Alma Mater de los vallecaucanos y compite para ser alumno de mayor edad en graduarse en el mundo.
Por esa razón, el auditorio compuesto por casi dos mil personas se levantó en pleno cuando el profesor Guillermo Murillo Vargas, rector encargado del Alma Mater, llamó al graduando para hacerle entrega del respectivo diploma. Buena parte de la concurrencia en medio de la emoción buscó tomarse una foto con el hombre de cabello blanco y caminar lento que da ejemplo de superación.
Para su familia representa un gran orgullo contar con un ser tan estudioso, vital y alegre, que ama la historia regional y nacional y comparte de forma generosa tantos conocimientos en este campo de las ciencias sociales.
Elogios a la tesis
Para los entendidos en la materia el título de la tesis “Sectores populares afrocolombianos y criollos en el movimiento de las ciudades confederadas 1810-1813” pone de manifiesto con claridad meridiana el contenido del trabajo al que el doctor Cuéllar ha dedicado muchos años.
“La importancia del documento es insoslayable, se trata de uno de los procesos de mayor relevancia histórica para el país como impulsores de la independencia pues, como explica el doctor Cuéllar: “Esas seis ciudades (confederadas) solicitaron al virrey de Santa Fé la creación de una junta especial de seguridad pública frente a los problemas que estaba sufriendo España, invadida por Napoleón.
Esa junta fue la ‘piedra de choque’ de estas ciudades con el gobernador de Popayán pues se generó un enfrentamiento militar dada la reacción del gobernador”, expresa la Univalle en un documento en el que exalta el trabajo del doctor Cuéllar.
Sus conocimientos, pero, sobre todo, su ansia de aprender, le han hecho avanzar en su carrera académica. Hace apenas unos años obtuvo la Maestría en Historia en el mismo claustro.
Historiador desde la cuna
Según lo relata, su gusto por el estudio se lo debe a su señora madre Liduvina Cuéllar, quien lo dio a luz el 14 de agosto de 1925 en Roldanillo, norte del Valle y a los cinco años lo inscribió en la Escuela Urbana de Varones de la Tierra del Alma.
Justamente fue en este centro de estudios donde se conectó con la historia, pues se sintió atraido por los cuadros de Francisco de Paula Santander, Antonio Nariño, José María Córdova, y Francisco Antonio Zea, el único de esa colección que no lucía uniforme militar.
Con su memoria prodigiosa recuerda que fue su maestro, José María Erazo, el encargado de explicarle la importancia de estos hombres en la historia colombiana mientras comía naranja en el recreo. “A él le gustaba mucho la naranja. Entonces, en los descansos, yo aprovechaba para tener un tarro con agua y lavarle las manos mientras él me explicaba la importancia de esos hombres”, cuenta el historiador en una entrevista concedida a EL PAÍS de Cali.
Luis Antonio asegura que, pese a su edad, nunca sintió vergüenza a la hora de hacer trabajos con sus compañeros más jóvenes. “Ellos siempre fueron muy amables conmigo y yo disfrutaba estar con ellos. Un recuerdo muy agradable que tengo es que en una de las clases de mi maestría nos tomamos una foto con el profesor, el estudiante más joven y yo”, cuenta con nostalgia, el abogado rolda-nillense.
Orgullo de la familia
“Mi papá es un hombre soñador. Un poeta, que vive día a día con mucho optimismo y en constante aprendizaje sin ponerse límites. Yo siento una admiración grande y una ternura infinita por él, una gratitud inagotable con el creador por haberme permitido tener un padre maravilloso” dice Gloria Amparo Cuéllar.
Abuelito! Que orgullosos nos sentimos el Clan Cuéllar de tenerte como nuestro patriarca. Te amamos, posteó uno de sus nietos en el sitio web de la Univalle.
Su sobrino Walter Julián Velásquez dijo: “Qué gran ejemplo de vida, mi respeto y admiración a mi tío Luis Antonio Cuéllar, saludos a la familia Cuéllar y qué bendición para Roldanillo, Tierra del Alma.
“Don Luis, su vida ha sido una esperanza para muchos, se puede vivir honesta, alegre y fiel a los valores y el amor por muchos años. Lo queremos mucho, así como mi padre lo quería”, escribió otra ciber-nauta.