Este fondo comenzará con una asignación de 1 millón de euros que gestionará la Caritas diocesana de Roma.
«Una señal capaz de animar a todas las personas de buena voluntad a ofrecer un gesto concreto de inclusión, especialmente con aquellos que buscan consuelo», argumenta Francisco en la carta, según el texto del Vaticano.
El papa quiere ayudar con esta iniciativa a las personas que más han sufrido el impacto de la emergencia del coronavirus.
Entre ellas trabajadores con contratos temporales, pagados por horas, empleados domésticos, pequeños empresarios y autónomos.
Todas las personas que estén en condiciones de hacerlo están llamadas a colaborar en este fondo, pero también las instituciones.
«Invito a todas las instituciones y a nuestros conciudadanos a compartir generosamente lo que tienen en este momento tan extraordinario y lleno de necesidades», dice el papa.
«Me dirijo al buen corazón de todos los romanos, animándolos», añade, antes de pedir a los sacerdotes que sean «los primeros en apoyar el fondo».