Se puede escuchar a las dos mujeres gritar mientras los practicantes de remo y kayakistas preocupados se apresuran a ayudarlas. Unos segundos más tarde, la pareja resurge del agua ilesa.
Liz contó a los medios locales que en ese momento pensó que iba a morir. “Pensé que me iba a caer encima y me aplastaría, y cuando reaccioné estaba bajo el agua”.
Por su parte, Julie aseguró que al llegar al lugar sintieron que era seguro, pero una vez estaban en el agua, le preocupó el hecho de ver tan cerca a otros peces.
“Nadamos hasta la orilla y corrimos hasta el auto muy asustadas. Cuando me fui a cambiar de ropa noté que tenía muchos peces en mi camisa”.
A pesar de no sufrir daños, ambas mujeres dicen que probablemente se quedarán más atrás cuando observen ballenas en el futuro.