“Es injusto que a estas alturas el 50 por ciento del territorio nacional no tenga representación.
Los proyectos de ley cuando salen de la Cámara se quedan cortos cuando llegan al Senado, no hay quien los defienda”, manifestó el congresista del Guaviare David Pulido, quien defendió esta propuesta.
No obstante, esta propuesta, que fue aprobada por la Comisión Primera de la Cámara, implica un aumento en el número de congresistas en el país, pues son nuevas curules que se crean en el Senado.
“Quieren aumentar 12 senadores en medio de la peor crisis que vive hoy Colombia.
No tiene presentación.
Que algunos aprovechen la reforma política para colgar micos”, manifestó el representante Edward Rodríguez, quien señaló que esto implica no solo el costo del salario de los nuevos legisladores sino también de sus asesores.
Estos nuevos escaños darán mayor representación a a territorios olvidados Frente a este tema, el representante José Daniel López, coordinador ponente del proyecto indicó: “No debiera tener un costo fiscal significativo, toda vez que el número de curules que aquí se proveen entran a reemplazar las curules que el acuerdo de paz le otorgó al Partido de la Farc que son de manera temporal y van solo hasta 2026”.
Actualmente, el Partido Farc, que surgió del acuerdo de La Habana, tiene 10 escaños en el Congreso, los cuales van solo hasta 2026.
Por su parte, el representante liberal Juan Carlos Losada manifestó “que en el Senado sacan votos en todas partes y no representan a nadie, no representan gente, no representan ciudadanos ni territorios, lo único que representan es el feudo de donde provienen”.
En todo caso, a pesar de la ardua discusión, esta propuesta fue finalmente aprobada por la Comisión Primera de la Cámara.
“Habrá un Senador adicional por cada uno de las circunscripciones territoriales que cuenten con sólo dos Representantes a la Cámara.
Los candidatos que sean elegidos por esta circunscripción especial deberán ser oriundos de los respectivos departamentos o haber residido en ellos al menos durante los dos años anteriores a la elección”, dice la propuesta aprobada por la corporación.
Un hecho significativo es que estos nuevos escaños que darán mayor representación a territorios olvidados coinciden con algunas de las zonas fueron las más golpeados por el conflicto.
Según indicó el profesor de economía la Universidad Nacional, Jorge Armando Rodríguez Alarcón, desde 1991 hasta 2018, nueve departamentos del país no han tenido presencia durante los últimos siete periodos en el Senado.
“Arauca, Amazonas, Caquetá, Guainía, Guaviare, Putumayo, San Andrés y Providencia, Vaupés y Vichada no han estado presentes en el Senado durante los últimos siete periodos electorales”, indica el estudio del docente publicado por la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional.
“Puede decirse que las reglas de juego actuales contienen un sesgo a favor del dominio del Senado por parte de las entidades territoriales más pobladas, sesgo que puede traducirse en su sobrerrepresentación”, afirma el documento
Paridad de género
Más allá de esta discusión, la reforma política aprobada en su primero de ocho debates tiene otros temas claves que fueron avalados por la corporación.
Listas paritarias: Uno de los hitos fue la aprobación de la paridad de género en la conformación de las listas.
La idea es que la plancha sea conformada por hombres y mujeres de manera intercalada. Es decir que si en el primer renglón hay una mujer, en el segundo debe haber un hombre y en el siguiente una mujer.
Esta es una de las mayores conquistas recientes del Congreso, pues es un avance clave en materia de equidad de género y de renovación de la política.
“Ya no solo se trata de más mujeres candidatas, sino también de más mujeres electas”, aseguró el congresista López.
Financiación estatal: Actualmente los aspirantes deben recurrir a recursos privados para financiar sus campañas, lo que en algunas ocasiones incentiva la corrupción.
La idea es que, si se aprueba la reforma, el recurso para financiar sean públicos, con lo cual habría también mayor control.
Listas cerradas: consiste en que los ciudadanos votan por partidos y no por personas a la hora de marcar los tarjetones para elegir corporaciones públicas (Congreso, asambleas y concejos).
En la medida en la que un partido va obteniendo más votos se eligen más personas de la lista o plancha que haya presentado esa colectividad.
Actualmente la mayoría de partidos y movimientos políticos llega a las elecciones con listas abiertas.
Cada candidato tiene su propio número y hace campaña por separado, por lo que el modelo ha sido cuestionado, pues la falta de filtros de financiación ha permitido que aspirantes gasten grandes cantidades de dinero e incluso hayan obtenido financiación ilegal.
EL TIEMPO