“Todo estaba sobre la mesa, ellos saben muy bien las labores que desempeñan, los activos están en funcionamiento y el mercado cautivo, a la vuelta de la esquina; de nada sirven los activos de las empresas si, en una situación como esta, no están funcionando”, dijo Ballen.
Vale la pena aclarar que no se trata de la entrega de estos en dación de pago por los salarios o la enajenación, es la entrega de los activos, en administración, para su explotación y lucro por parte de terceros, en este caso, de la Cooperativa de Trabajadores del Parque Panaca.
Hoy, la empresa turística cuenta con más de 4.000 animales de la zoología doméstica, además de las instalaciones y varias plantas de procesamiento de productos agrícolas y pecuarios, lo que se convirtió en el capital semilla de los 120 empleados del parque, los socios gestores de la nueva cooperativa.
Por su parte, en las cuentas de la administración, la nómina del parque, solo por concepto de salarios, cuesta $500 millones, a lo que debe sumarse los demás rubros como pagos a la seguridad social, las cajas de compensación y las provisiones debidas, mientras que el mantenimiento mensual de los animales supone $100 millones.
“Había que pensar en la gente, primero que todo en el talento humano, el activo fijo más importante de todas las organizaciones”, dijo el empresario
Por ahora, mientras se recobre la normalidad de la actividad turística del país, el parque estará cerrado y los empleados mantendrán sus puestos de trabajo, dedicados unos a los cultivos, otros a las unidades de procesamiento (planta de lácteos, trapiche, etcétera), otro grupo a apoyarse en las tecnologías de la información y la comunicación para comercializar sus productos y otro más a la entrega a domicilio de los pedidos de los clientes.
Además de los activos en comodato, la administración del parque puso como unidades de apoyo los departamentos de contabilidad, comunicaciones y mercadeo, entre otros, para sacar adelante el proyecto cooperativo.
Este funcionará como lo ha venido haciendo.
En primer lugar, satisfaciendo las necesidades de seguridad alimentaria de cada una de las familias de los trabajadores, así como comercializando la producción agrícola y ganadera.
Entre otros, se cuentan 25 hectáreas de cultivos de hortalizas, verduras, aromáticas y medicinales, y varias plantas de procesamiento para verduras, de carnes (res, cerdo y pollo), de lácteos y trapiche, entre otros activos productivos.
Inicialmente, la cooperativa administrará este proyecto productivo y de abasto de productos agrícolas y procesados, con ventas a los municipios cercanos a Quimbaya (Quindío), donde tiene su sede el parque.
Posteriormente, y una vez reabra el complejo turístico al público, los visitantes podrán hacer su mercado desde sus teléfonos inteligentes, con una app, mientras recorren el parque. A la salida podrán recogerlo.
Del total de los ingresos por las ventas, una parte se entregará al parque y otro porcentaje será para la cooperativa de trabajadores.
El proyecto comenzó a funcionar el viernes primero de mayo, y todos los activos productivos del parque pasaron, bajo la figura de comodato, a la cooperativa de trabajadores del parque Panaca.
Se supo que, de lograrse una apertura del sitio, este tendría su aforo y distanciamiento social e, inicialmente, pasaría a ser de recreación pasiva, es decir, práctica del senderismo, el avistamiento de aves y del paisaje, así como otras actividades contemplativas para la salud física y mental.
“De esta situación vamos a salir fortalecidos, mucho más productivos que antes y nuestros trabajadores, el principal activo del parque, devengando más y mejores salarios de los que hasta ahora han venido recibiendo como empleados”, concluyó el empresario Jorge Ballen.
Según la Asociación Colombiana de Atracciones y Parques de Diversiones (Acolap), los 209 proyectos de recreación que funcionan en Colombia facturan $80.000 millones mensuales y emplean a 5.000 personas en 82 ciudades del país.
Tomado de Portafolio