Desde la emblemática Puerta del Sol en Madrid, donde miles de personas se reúnen cada Nochevieja, la presentadora sorprendió al público al retirar la capa de tul color arena que llevaba puesta, revelando su impactante vestido. Este gesto simbolizó su deseo de transmitir luz y esperanza para el nuevo año, convirtiéndose en “una especie de lámpara” para todos los presentes.
“Litros de mi leche materna convertidos en 8.500 joyas. 2.500 horas de trabajo. Sigo en una nube”, compartió emocionada. El vestido, que pesa 42 kilos, consta de un corsé, un casquete y un guardainfantes, y fue fruto de un esfuerzo colectivo y artesanal.
Más allá de la espectacularidad de su vestido, Cristina Pedroche aprovechó su plataforma para abordar un tema crucial: la protección de los niños frente a la violencia, abuso y explotación. En colaboración con UNICEF España, dedicó unas emotivas palabras a este desafío global, recordando que “una inocencia que debería permanecer intacta (…) es nuestra responsabilidad protegerla”.