El conjunto ecuatoriano, con jerarquía y experiencia en este tipo de instancias, igualó la serie con dos goles de Michael Hoyos y forzó la definición desde los doce pasos. En la muerte súbita, James Aguirre falló su cobro para el ‘blanco blanco’, mientras que Layan Loor sentenció la clasificación de los visitantes a semifinales.
La polémica celebración previa
Más allá del resultado, la eliminación estuvo marcada por un episodio que generó críticas. En redes sociales circularon videos donde se observa a varios jugadores del Once celebrando de manera anticipada sobre el bus de la delegación, entonando cánticos y gestos de triunfo antes del partido decisivo. La actitud fue señalada por hinchas y analistas como un exceso de confianza que terminó elevando la presión y la frustración tras la derrota.
Dayro Moreno, figura del equipo y actual goleador de la Copa, fue uno de los más animados en aquella celebración. Sin embargo, horas después debió dar la cara con autocrítica: “Fracaso, la verdad. Desilusión, tristeza con toda esta gente que nos vino a apoyar. Nos confiamos un poco y así es el fútbol: el que está desconcentrado, le cobran”, declaró a ESPN.
Reacciones desde el banquillo
El técnico Hernán Darío Herrera también reconoció el error de planteamiento y exceso de confianza frente a un rival con trayectoria internacional: “Encontramos un equipo con jerarquía, acostumbrado a estas finales. De pronto nos confiamos, no desarrollamos todo lo que tenemos y en el mediocampo nos ganaron con transiciones rápidas”, analizó tras el compromiso.
Una lección para el futuro
Entre lágrimas y decepción, los jugadores de Once Caldas abandonaron el césped del Palogrande mientras su hinchada lamentaba el adiós prematuro a un sueño internacional. El episodio deja una reflexión clara: en torneos de eliminación directa no hay lugar para triunfalismos antes de tiempo; la concentración y la disciplina mental son tan determinantes como el talento dentro del campo.