El sismo, que tuvo su epicentro a 16 kilómetros al noroeste de la ciudad de Sagaing, en el centro de Myanmar, fue seguido por una fuerte réplica de magnitud 6,4 apenas 12 minutos después.
El impacto del terremoto ha sido devastador en varias zonas de la región. En Myanmar, al menos tres personas murieron tras el derrumbe parcial de una mezquita, según informó Reuters. En la ciudad de Mandalay, la segunda más grande del país y hogar de más de un millón de habitantes, los pasajeros corrieron a refugiarse en el aeropuerto, mientras testigos reportaban el colapso de varios edificios.
Tailandia también ha sufrido importantes daños. En Bangkok, la capital, un rascacielos en construcción en la zona del parque Chatuchak se derrumbó en cuestión de segundos, dejando al menos un muerto y más de 50 heridos. Las autoridades declararon la ciudad “zona de emergencia” y pidieron a la población mantenerse alejada de los edificios altos, advirtiendo sobre posibles réplicas en las próximas 24 horas.
El temblor también se sintió en las provincias chinas de Yunnan y Guangxi, fronterizas con Myanmar. Usuarios de redes sociales reportaron haber percibido sacudidas, y se teme que el impacto del terremoto haya alcanzado parte del Triángulo de Oro, una región montañosa que abarca Myanmar, Tailandia y Laos.
La situación en Myanmar es especialmente crítica debido a la inestabilidad política y la guerra civil que afecta al país desde el golpe de Estado militar en 2021. Con severas restricciones a la libertad en Internet y una infraestructura debilitada, la capacidad de respuesta ante una catástrofe de esta magnitud es incierta.
Las autoridades continúan evaluando los daños y llevando a cabo labores de rescate en las zonas afectadas.