La leyenda de la lucha libre, ícono cultural de los años 80 y 90, murió poco después de ser trasladado al hospital Morton Plant, donde los médicos confirmaron su deceso.
De acuerdo con reportes de TMZ y declaraciones de su esposa, Sky Daily, Hogan había sido sometido recientemente a una cirugía de fusión cervical de cuatro niveles, de la cual se encontraba en proceso de recuperación. Aunque surgieron rumores sobre un posible coma, su familia desmintió esta versión, asegurando que su estado de salud era delicado, pero estable hasta la mañana de hoy.
Una vida marcada por el éxito, la fama y el músculo
Hulk Hogan fue más que un luchador: fue una superestrella del entretenimiento global. Con su carisma arrollador, su voz ronca y su icónica frase “Whatcha gonna do, brother?”, se convirtió en el rostro de la lucha libre profesional durante la era dorada de la WWE.
Fue campeón mundial en múltiples ocasiones, encabezó numerosos WrestleMania, y fue figura clave en el surgimiento del legendario grupo nWo durante su paso por WCW. Su legado fue reconocido al ser inducido dos veces al Salón de la Fama de WWE: en 2005, de forma individual, y en 2020 como parte del grupo New World Order.
Más allá del ring: ícono pop y figura televisiva
Hogan trascendió los cuadriláteros. Participó en películas como “Rocky III” junto a Sylvester Stallone, tuvo su propio programa de telerrealidad “Hogan Knows Best”, y recientemente había fundado una nueva liga de lucha amateur llamada Real American Freestyle, con la que buscaba formar talentos jóvenes.
Homenajes desde todos los rincones
Las redes sociales y los medios estallaron en homenajes tras conocerse la noticia. La WWE emitió un comunicado lamentando profundamente la pérdida de uno de sus mayores íconos. Figuras como Ric Flair, su eterno rival y amigo, expresaron su “absoluta conmoción” por la partida. Desde el ámbito político y cultural también llegaron tributos, destacando su impacto como símbolo estadounidense y fenómeno mundial.
Un legado imborrable
Hulk Hogan dejó una huella indeleble en generaciones de fanáticos. Su imagen de fuerza, valentía y espectáculo definió una época. Para millones, su grito de guerra y su presencia en el ring fueron parte de su infancia y juventud.
Hoy, el mundo despide a una leyenda.
El hombre ha partido, pero el mito de Hulkamania vivirá por siempre.