Debido a esta situación, el pontífice ha tenido que cancelar sus compromisos del fin de semana, entre ellos presidir la misa y rezar el Ángelus el domingo. El comunicado oficial destacó que todas las pruebas realizadas hasta el momento sugieren que se trata de un cuadro que requiere un seguimiento médico especializado.
El anuncio ha generado inquietud entre los fieles y la comunidad internacional, que esperan nuevas actualizaciones sobre su estado de salud. Por el momento, el Vaticano solicita discreción y se mantiene a la espera de más información sobre la evolución del tratamiento del pontífice.